#OscarCuchurrumí día 3: el fenómeno «Joker»

¡Buenas tardes!

Regresamos con calma a los trajines después de una aventura increíble en la soleada Cartagena, con muchos sueños hechos realidad y nuevos aprendizajes, así que bueno, hoy vengo con un post que estoy muy feliz de estar escribiendo, porque cuando hice la reseña de esta peli hace unos meses, estaba casi que segura de que volvería a hablar de ella durante esta temporada de premios cinematográficos.

Pasemos de una a la acción y recordemos esto que se llama Joker:

Y bueno, no pienso repetir lo que en su momento comenté sobre la película, para esa gracia duplicaba el post y ya está, no. En esta ocasión quisiera que revisáramos un poco el movimiento, la discusión que ha generado esta cinta, y el camino que ha recorrido para llegar a tener la increíble suma de once nominaciones a los premios de la Academia. Empecemos.

La ruptura de la maldición del cómic

Desde el año pasado, y gracias a Black Panther, las películas de superhéroes lograron cruzar esa frontera «sagrada» y obtener la preciada nominación al Oscar a Mejor película por primera vez en la historia, en un acto que muchos tildaron como visionario, mientras que para otros fue un intento de la Academia por contrarrestar las constantes acusaciones de «whitewash», es decir, una marcada tendencia a solo nominar producciones con actores, directores y guionistas blancos (acusaciones que regresan este año con aún más fuerza).

Si bien el Joker de El Caballero de la Noche de Christopher le dio el Oscar póstumo al gran Heath Ledger, la brillante trilogía no logró ser nominada a Mejor película en ninguna ocasión, de allí que, fuera por una razón o por otra, no podemos negar que Black Panther sentó un precedente importante y rompió el estigma que no lograba compaginar a la calidad cinematográfica con la cultura pop. Si tan solo ese estigma no le hubiera hecho daño en la ceremonia de los Oscar a joyas como Star Wars…

Curiosamente, apenas me doy cuenta de una graciosa ironía: precisamente en 2019, año en que celebramos los 80 años de Batman, uno de sus más grandes rivales se tomó las salas de cine y afrontó a cabalidad un reto interesante que el Batman de Nolan planteara en su momento a las  futuras generaciones: contar otra historia que tuviera al Joker como protagonista y que lograra ser igual /o incluso/ más exitosa en la temporada de premios. Ya vemos que lo logró.

Como fan de DC celebro que tengamos once nominaciones, pero también creo que es un logro para el mundo geek en general, porque sigue abriendo las puertas para que en el futuro sigamos viendo nominadas a grandes producciones basadas en cómics de superhéroes. Ahora, hablando de nominaciones, si Avengers: Endgame merecía más de una nominación o no, es un tema picoso sobre el que no puedo opinar, por el simple hecho de que nunca vi la peli ni el 90% de sus antecesoras, de allí que no esté en condiciones de decir «merecía más nominaciones» o no. Los Marvelitas dicen que sí, que merecía más, pero creo que yo prefiero cuidarme en salud y dejar ese tema quietico.

Una sociedad ante el espejo

Otro de los temas que puso a Joker en boca de muchos fue la cruda mirada sobre la salud mental y el silencio e inoperancia de la sociedad ante dicho panorama. El paso de Arthur Fleck al Joker pareciera ser una «consecuencia», un producto de esa sociedad corrupta, ocupada, una forma de decir «miren lo que han hecho, miren lo que su desprecio ha hecho con mi soledad», y posiblemente, uno de espectador pueda llegar a apoyar esa postura la primera vez que ve la cinta.

Ahora, mucho se ha dicho sobre los desaciertos de esta apuesta, pues para algunos resulta equívoco el acercamiento que se hace desde la cinta a esta dura realidad de las enfermedades mentales, tanto así que un artículo de la Psychiatry & Behavioral Health Learning Network se llega a afirmar que «Los problemas de salud mental representados en Joker no son un asunto de risa«, y tienen mucha razón. Si bien es valioso que el tema se ponga sobre la mesa, nunca podemos apelar a un producto cinematográfico como verdad suprema o fuente de consulta para entender las enfermedades mentales, y a pesar de que las luchas, los miedos y soledades de Arthur encuentren un eco en muchos de nuestros propios demonios personales, espero que al final del día la cinta se tome solo como eso, un despertar, una apertura y un llamado a hablar del tema, más que como un tratado médico al respecto.

Entre la comedia y la tragedia

Por último, pero no menos importante, creo que en definitiva Joker tiene los suficientes elementos a su favor para llevarse varias estatuillas el próximo 9 de febrero, no solo por la tremenda actuación de Joaquín Phoenix, sino también por jugar con nuestras emociones, por recordarnos que a veces no se necesitan grandes persecuciones y explosiones para contar una historia, pues la acción puede estar adentro, en el alma, y esa pregunta por si podemos sentir empatía hacia un villano o no es una que sigo intentando responder, supongo que solo el tiempo lo dirá.

En materia de nominaciones, la cinta de Todd Phillips compite en las siguientes categorías (son tantas que mejor las listo):

-Mejor película

-Mejor actor

-Mejor banda sonora

-Mejor director

-Mejor guion adaptado

-Mejor fotografía

-Mejor sonido

-Mejor diseño de vestuario

-Mejor edición de sonido

-Mejor edición/montaje

-Mejor maquillaje y vestuario

¿Cuántas estatuillas se llevará finalmente a casa esta película? De momento solo me atrevo a dar casi que por sentada la de Mejor actor, o al menos, así ha sido la racha en los Globos de Oro, los Critics, y la lista sigue y sigue. Mientras tanto, los invito a que me sigan acompañando en Facebook, Twitter e Instagram y disfrutemos juntos esta aventura de nueve cintas, nueve días y nueve reseñas llamada #OscarCuchurrumí.

Ayer hablamos de Parasite, ¿qué seguirá mañana? Sorpresa sorpresa 😉

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