¡La FilBo vuelve! Reseña de «Almendra», mi recomendado juvenil del país invitado de honor

¡Buenos y helados días!

¿Cómo se encuentran en esta mañana de ombligo de semana? Sé que no es fácil retomar la rutina luego del descansito de Semana Santa, pero tenemos una motivación enorme para dar lo mejor en nuestros respectivos empleos, y es que por fiiiin, luego de tres años de distancia, incertidumbre y miedo, vuelve mi evento favorito del año, ¡vuelve la FilBo, carajo!

No encuentro las palabras para expresar lo que sentí hace dos días cuando me acerqué a Corferias para reclamar mi escarapela de prensa, y ver de nuevo el ajetreo del montaje, el color de cada stand y la esperanza de una industria que sigue recuperándose de los estragos de la pandemia me llenó de nostalgia y emoción en iguales proporciones, pues es la primera vez en 9 años en que voy a la FilBo full como medio oficial, y no como integrante del equipo de alguno de los expositores.

A pesar de la tristeza que me genera el no tener un empleo full estable con ninguna editorial, no puedo negar que también me emociona mucho poder contar con total libertad para asistir a cuanto evento, charla y firma quiera, algo que no pude hacer durante todos esos años trabajando en los stands de mis antiguas editoriales, y que ahora me permitirá traerles muuucho contenido FilBo, no solo aquí en nuestro blog sino también en nuestro Facebook e Instagram, así que espero verlos muy conectaditos por ahí.

A propósito de este esperado regreso de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, un tema en boca de muchos es el país invitado de honor, una nación con una cultura fascinante y que de un tiempo para acá viene de tener a muchísimas personas interesadas por conocer más de su apuesta para esta Feria, se trata de la República de Corea, que bajo el lema «Convivencia» nos invita a explorar su pabellón, y por supuesto, su literatura.

Como suelo hacer antes del inicio de cada FilBo, busqué alguillo para leer del país invitado de honor, y me dio mucha alegría toparme con el libro del que vengo a hablarles el día de hoy, no solo por lo impactada que quedé tras su lectura, sino por la curiosidad que despertó en mí, se trata de Almendra, de la autora surcoreana Won-pyun Sohn.

El libro recibió el Premio de los libreros de Japón en el año 2020.

Licenciada en Estudios Sociales y Filosofía, así como en Dirección de Cine, la pluma de esta autora se caracteriza por ser tremendamente visual, sin temor a la crudeza y a la más profunda belleza que solemos encontrar en muchas escenas de cine, y ese talento para narrar de forma fluida y visual se verá full plasmado en nuestra historia de hoy, así que para dinamizar un poco las cosas, en lugar de subtítulos «regulares», elegí algunas de mis frases favoritas del libro. ¡Empecemos!

«¿Crees que podré hacer que los demás me entiendan, a pesar de no ser capaz de entenderme?»

El libro, editado por Gran Travesía y distribuido en Colombia por Editorial Océano, nos presenta la historia de Yunjae, un niño que nació con alexitimia, una enfermedad que afecta a la amígdala cerebral, esa misteriosa parte de nuestro cerebro que procesa las emociones, (algo así como el equivalente científico del centro de control de emociones que vimos en IntensaMente). Debido a esta enfermedad, Yunjae no puede experimentar o identificar con claridad las emociones frecuentes en niños de su edad, y su incapacidad para expresar alegría, tristeza o rabia generará un sinfín de conflictos y desafíos en su vida escolar. Siendo así las cosas, nosotros como lectores tendremos el complejísimo reto de buscar entender e imaginar cómo sería la vida sin una sonrisa, una lágrima o el poder de un abrazo.

Por fortuna para nuestro protagonista, su madre y su abuela lo acompañan desde el primer momento en que descubren que algo pasa con su adorado hijo-nieto, y ese apoyo femenino será clave para que los años de infancia de Yunjae no pasen desapercibidos en medio del bullying del que suele ser víctima en su colegio y de la angustia que supone recibir un diagnóstico que, en esencia, te augura una vida todo menos «normal».

«Los libros me llevaban a lugares a los que nunca podría ir de otra manera».

Luego de una tragedia que pareciera condenar a Yunjae a una vida en soledad y sin la protección de las mujeres más fuertes de su familia, encontrará su principal refugio y motivación en la librería de libros leídos de su mamá. En medio del dolor, la adversidad y la incertidumbre de nunca llegar a conocerse del todo, los libros serán el camino que Yunjae eligirá para buscar entender y vivir esas emociones que sabe que no puede sentir, pero que tal vez pueda abrazar desde los ojos del otro, de esos personajes que llegan a su vida sin importarles en absoluto su enfermedad, su pérdida o lo que sea que pasa en su mente. Esta reflexión sobre el poder de consuelo y compañía que nos ofrece la lectura fue sin duda de las cosas más bonitas que encontré en este libro, y una de las principales razones por las que quise reseñarlo para ustedes.

«Aunque esto suene ridículo, al final te encontrarás con las personas que estás destinado a conocer».

Esta frase del libro resulta especialmente poderosa cuando un Yunjae ya adolescente conoce a Gon, un joven conflictivo, temperamental e impulsivo, quien también ha sido víctima del rechazo y estigma de sus compañeros de clase. Polos opuestos, pero igualmente «distintos» a ojos de los demás, el surgimiento de la amistad de Yunjae y Gon será la columna vertebral de este libro sobre la amistad, la empatía y lo inesperada que puede ser la vida por mucho que intentemos controlarla, y es que, al final del día, lo que tenemos aquí es a un grupo de adolescentes que intenta entender lo que sucede en su mente y encontrar su lugar en el mundo, y creo que ese viaje de auto-conocernos y descubrir quiénes somos y a dónde queremos llegar en la vida es una experiencia por la que todos hemos pasado y con la que de seguro conectarán si se animan a leer esta novela.

«Eres básicamente un lienzo en blanco. Mejor píntalo con cosas buenas que con cosas malas».

Claramente no pienso decirles si el libro tiene un final triste o feliz, ni el propio Yunjae estaría de acuerdo con ello, pero lo que sí quiero compartir con ustedes es una invitación a acercarse a este libro con un corazón muuuuuy abierto, con un estado anímico tranquilo y sin obligarse a leerlo «de una sola sentada», pues lo que tenemos aquí es una narrativa muy emocional, dolorosa incluso, y a veces es necesario parar, tomarse un poquito de agua y recordarnos que eso que estamos sintiendo es precisamente el poder de la literatura, el hacernos sentir cosas así no siempre estemos cómodos con ellas, y es que ¿No funciona así la vida? ¿Con altos y bajos? Y este libro es un fiel reflejo de ello.

Me despido por hoy invitándolos a que volvamos a FilBo con emoción, con todos los cuidados del caso y siguiendo al pie de la letra las recomendaciones de autocuidado que nos indiquen en el recinto ferial, el esfuerzo y la apuesta de volver a la presencialidad son enormes y entre todos podemos ayudar a que ese gremio tan golpeado por la pandemia (se los dice alguien que perdió su empleo producto de todo esto) pueda respirar y mantenerse a flote, ¡vamos con toda!

Espero verlos en la Feria, ya quiero que me cuenten sus hallazgos y próximas lecturas, ¡todo va a estar bien!

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!

Florecer en la adversidad: reseña de «Rosa en el asfalto»

¡Buenos díaaaaas!

¿Cómo se encuentran en esta mañanita de miércoles? Sé que empezar un año no siempre es fácil, y con esta pandemia hay días en que sentimos que llevamos media vida viviendo encerrados con miedo y no un par de años, pero creo que al final del día lo realmente importante es saber que estamos haciendo lo que podemos y que debemos tratar de manejarlo todo un día a la vez, o incluso una hora a la vez, a fin de cuentas, son tiempos muy inciertos para todos y lo mejor que podemos hacer es sobrevivir, con todas las ayudas y apoyos que necesitemos en el proceso.

Precisamente, una forma de mantenerme serena y tranquila en la medida de lo posible ha sido retomar ciertas lecturas y reseñas que tenía en mi mesita de anoche, ahí quietecitas esperando el momento oportuno para hacerme compañía, y producto de ese ejercicio es que hoy puedo traerles esta pequeña reflexión sobre una de las novedades editoriales que más esperaba el año pasado y que disfruté durante un momento particularmente complejo del 2021, así que bueno, vamos a ver cómo nos va.

La historia de la que vengo a hablarles el día de hoy es distribuida en Colombia por Editorial Océano y se llama Rosa en el asfalto, la esperada precuela de El odio que das, un libro que en su momento tocó fibras muy profundas de mi ser y que junto a su adaptación cinematográfica estrenada en 2018 generó muchas conversaciones mediáticas respecto a la igualdad social y la eterna lucha racial en Estados Unidos.

No está de más aclarar, que si NO han leído El odio que das, posiblemente esta reseña resulte bastante confusa para ustedes, y no quisiera arruinarles la experiencia de AMBAS historias, así que mi consejo es que si no han empezado a leer a Angie Thomas, primero se pasen por estas reseñitas de sus anteriores libros, y luego sí vuelvan por aquí a seguir enamorándose de esta autora.

Originaria de Jackson, Misisipi, la autora estadounidense Angie Thomas regresa al mundo editorial con una historia que nutre las emociones de El odio y nos ayuda a entender muchas de las decisiones y el contexto de los personajes que ya conocíamos, esta vez desde una sensibilidad y una mirada distintas, pues quienes en el primer libro fueran los «adultos responsables» a cargo de Starr y su hermano Seven, en Rosa en el asfalto nos llevan de regreso al pasado, cuando eran apenas unos adolescentes soñadores, listos para comerse el mundo y vivir a su manera.

Vemos aquí la portada de la edición para Iberoamérica.

En esta ocasión tendremos como protagonista a Mav-Maverick Carter, el futuro padre de Starr, quien a sus diecisiete años vive una realidad bastante compleja, ligada al mismo barrio en que transcurre El odio, Garden Heights, un vecindario marcado por las pandillas, el control del territorio y el tráfico de drogas como principal salida financiera para muchos jóvenes como Mav, que cargan consigo los «colores» del bando al que pertenecen y la eterna presión de no meterse en «demasiados líos».

En Garden Heights las reglas son sencillas: debes madurar muy pronto, amar la música con toda tu alma, seguir los «negocios familiares» y siempre poner de tu parte en la agenda de tu pandilla, esa segunda «familia» que a cambio de protección contra las otras pandillas espera de ti toda tu lealtad y compromiso. A la par, debes evitar llamar la atención, molestar a la policía y en general no estar en «el lugar equivocado a la hora equivocada», pues podría salirte muy caro.

En el momento en que un descuido de Maverick y su pareja los convierte en padres adolescentes de un pequeño bebé, las cuentas por pagar y las nuevas necesidades de su pequeño hijo harán que Mav deba poner en una balanza la promesa que en su momento le hizo a su padre de «no meterse en problemas» y la necesidad de hacer dinero de forma rápida y en cantidades importantes.

¿Podrá Mav velar por su maltrecha familia sin poner en riesgo su vida?

¿Hasta qué punto Maverick tendrá que poner los valores de su pandilla por encima de los propios?

¿Qué tan rápido nos hacen madurar las consecuencias de nuestras acciones?

Las respuestas a estas y otras tantas preguntas nos esperan en esta lectura que en sus 368 páginas logra atraparnos y dejarnos sin aliento con esa rudeza y autenticidad tan habituales en las historias de Angie Thomas.

A propósito del estilo narrativo de esta autora, tenemos aquí un libro que, como suele suceder con todo lo que nace de la pluma de Angie Thomas, más que buscar finales felices o idealizados, es en esencia una celebración de la vida con sus altos y bajos, pero también de la resiliencia, ese término que tanto hemos manipulado a nuestro antojo durante la pandemia, a veces sin siquiera llegar a necesitarlo de verdad, pero que en esta novela en particular se traduce en la sanación de todas esas heridas que recibimos de generación en generación, y en la ansiedad de no querer cometer los mismos errores o de replicar las posibles acciones cuestionables de aquellos que nos antecedieron.

Ese deseo de querer ser mejor y romper con ciertas heridas generacionales es algo transversal a toda la historia, y mi libro quedó llenito de banderitas marcando frases increíbles al respecto. De hecho, creo que les voy a dejar unas cuantas por aquí, a ver si de proooonto, se animan a darle una leída. Eso sí, para efectos de no-spoilers no les diré quién dice qué, eso lo descubrirán en la lectura:

¿Qué es lo que siempre te digo? Vivir tu vida basándote en lo que las otras personas piensan… Es no vivir en absoluto»

«Tienes que amar a las personas lo suficiente para dejarlas marchar, sobre todo cuando tus acciones son la razón por la que se han ido.»

«Garden se lleva a alguien de todos, pero aun así nos esforzamos por seguir adelante. Tal vez porque es lo único que conocemos.»

«Sigue sobreviviendo, sigue prosperando. Tu belleza es un regalo para el mundo.»

A manera de reflexión final, y dados los tiempos que estamos viviendo, debo reconocer que puede que este libro NO sea una lectura recomendable para todos en este preciso momento, pues aborda realidades muuuy densas y complejas, desde tráfico de drogas, lenguaje vulgar y asesinatos hasta pandillas, acoso policial y depresión, y lo cierto es que está bien evitar saturarnos de cosas sad y proteger a toda costa nuestra salud mental, (lo mismo me pasa con la serie de Euphoria por ejemplo, muchos la han visto y les encanta pero yo desde mi ansiedad no he podido pasar de los primeros minutos por temor a que me «cargue» demasiado, no sé si tenga mucho sentido esto que digo…), pero si quieren darle una leída a este librito, con muchísimo gusto los esperaré en nuestro Instagram y Facebook para comentarlo juntos.

No sé qué lecturas o aventuras nos depare este año que comienza, pero sé que desde que tengamos salud, amor y esperanza, estaremos bien.

Espero.

Como siempre, me despido por hoy invitándolos a que escuchen a sus cuerpos y a sus emociones, si el cuerpo les pide descanso, descansen, si les pide un caprichito dulce, désenlo, todo está muy heavy para complicarnos la vida más de lo necesario, ¡algo tendrá que mejorar!

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!

¿Qué es ser una Niña Rebelde? Algunas reflexiones sobre «Cuentos de buenas noches…» edición Colombia y Ecuador

¡Buenas y heladas tardes!

Son tiempos algo difíciles. Sin entrar en mayores detalles, puedo contarles que recibí una noticia algo complicada hace un momento, y me siento algo triste y perdida, de allí que no sé cómo resulte este post, pero también creo que escribir me puede ayudar a sentir un poco de paz, así que bueno, ya veremos cómo nos va.

Hoy quisiera hablarles un poco de lo que fue mi experiencia con la más reciente antología de la serie Cuentos de buenas noches para Niñas Rebeldes, que en esta ocasión de la mano de Editorial Planeta ha decidido apostarle a lo local y trae para nosotros los relatos-biografías de 100 Mujeres extraordinarias de Colombia y Ecuador.

(Si no conoces los tomos anteriores, puedes leer más al respecto aquí, y de todos modos, no te preocupes, no necesitas haberlos leído para comenzar a devorar nuestro reseñado de hoy).

Como suele sucederme con todos los libros de este proyecto internacional liderado por Elena Favilli y Francesca Cavallo, empecé a leer estos relatos cortos y fue difícil detenerme. En esta ocasión, fue una sorpresa muy grata ver que el proyecto contó con textos de las maravillosas Juliana Muñoz Toro, Lina Tono y Tatiana Andrade, los cuales fueron bellamente acompañados con las ilustraciones de varias de mis artistas locales favoritas, como lo son Sindy Elefante, Natalia Rojas, Carolina Alarcón y Anémona Anónima.

Muy al estilo de Niñas Rebeldes, en esta antología nos encontramos con textos que a la manera de los cuentos que solíamos leer a la hora de dormir, nos presentan las historias, luchas y logros de 100 mujeres que a lo largo de la historia de ambos países han dejado su huella en los campos del arte, la literatura, la ciencia, la política, el activismo por el medio ambiente, la música y los derechos humanos.

Gracias a un lenguaje muy sencillo y apropiado para pequeños lectores que desean empezar a ganar independencia y a explorar textos cada vez más retadores y llamativos, en las 224 páginas que conforman este libro podremos conocer a las gestoras de muchos de los sueños y derechos que hoy podemos gozar como mujeres, ya sea desde lo laboral, lo académico e incluso lo político y social, pero también nos recuerda que muchas de las causas que marcaron el rumbo de estas mujeres al día de hoy siguen vigentes, activas y a la espera de nuevas ideas y sueños que las hagan realidad. En cada página se esconde un mensaje poderosísimo y ya habitual en toda la iniciativa de Niñas Rebeldes, en definitiva un mensaje contundente: si yo pude, tú también puedes.

Una de las páginas de esta bellísima edición, ilustrada por Anémona Anónima.

Creo que la invitación que nos hace este libro a soñar cosas bonitas y a trabajar duro por ellas es tremendamente necesaria para el tiempo en que vivimos, un tiempo en el que el confinamiento, lo apocalíptico de las noticias y los drásticos cambios en nuestras rutinas nos han llevado a creer en ocasiones que no se puede volar alto, o que esta realidad es la única alternativa de vida con la que debemos conformarnos, pero si lo pensamos con detenimiento, muchas de las mujeres que protagonizan esta edición de «Cuentos de buenas noches para Niñas Rebeldes» tuvieron que estudiar, trabajar y vivir en épocas igual o peor de problemáticas como las que vivimos ahora, a fin de cuentas, la adversidad ha acompañado al ser humano desde siempre, y es allí, en esos momentos cuando nada parece valer la pena y las probabilidades de triunfar son mínimas, cuando la esperanza y la resiliencia se deben convertir en aliadas clave para aprovechar cada situación y sacar el máximo provecho.

Como mujer colombiana que soy, debo decir que la lectura de esta antología generó en mí una serie de sentimientos encontrados: en primer lugar, encuentro muy significativo y valioso este esfuerzo de «aterrizar» el proyecto de Niñas Rebeldes a contextos locales, con los que lectores de todas las edades puedan identificarse, y estoy segura de que las ediciones de México, Perú y Argentina también tienen mucho que enseñarnos como comunidad Latinoamericana, pues si bien cada país tiene sus particularidades, también nos une el sentir y la pasión de un continente que sigue volando y luchando por su salud, su arte, su medio ambiente y sus futuras generaciones.

En segundo lugar, hubo un componente que me dejó pensando muchísimo, y que llenó mi lecturas con un tinte de nostalgia o tristeza, gracias a una constante narrativa presente en muchos de los textos:

«En el año tal, se fue a…»

«Desde muy joven se mudó a…»

«A la edad tal viajó a…»

Luego de encontrarme con el hecho de que muchas de las mujeres que retratan estas historias tuvieron que viajar a otros países a fin de poder perseguir sus sueños y crecer personal y profesionalmente, me quedé pensando muchísimo en la desolación que supone tener que aceptar el migrar casi que como la única forma de lograr determinados objetivos ante puertas que, por x o y razón, se cierran a nivel local, y con esto no busco juzgar a estas mujeres ni mucho menos, soy consciente de que muchas de ellas debieron exiliarse por cuestiones económicas, sociales o incluso de seguridad, y yo misma me he planteado una vida en otro país en varias ocasiones, pero a la vez creo que más allá de cuestionarnos si migrar o no es la única forma de hacer camino o no, creo que lo clave aquí es ese llamado a replantearnos y a no dar por sentadas muchas de las cosas que ocurren a diario en nuestro país, y ese mensaje estuvo muy presente en las pocas pero hermosas historias de mujeres que decidieron quedarse en Colombia o Ecuador y que desde la escena local resisten, construyen y cambian sus realidades.

Por último, pero no menos importante, creo que tras haber leído ya varios libros de Cuentos de buenas noches…, la invitación a ser rebelde y a abrazar mi camino personal es de los mayores aportes que estas lecturas han dejado en mi cabecita y en mi vida como editora, lectora y como mujer sobre todo. Cuando era pequeña e incluso en mis años de adolescente, recuerdo que mis padres se enojaron conmigo en un par de ocasiones y me tildaron de «andar muy rebelde», y yo solo pensaba en la connotación negativa del término, pero creo que solo hasta el día de hoy es que comienzo a entender lo que realmente significa ser una Niña Rebelde:

Ser una Niña Rebelde es aprender cosas nuevas, sin importar la edad que tengas o lo opuestas que esas cosas puedan ser en relación a aquello que venías de hacer o creer.

Ser una Niña Rebelde es permitirte sentir curiosidad y empatía por todo lo que te rodea, y darte la oportunidad de asombrarte con las pequeñas dulzuras de la vida.

Ser una Niña Rebelde es sentir rabia, tristeza y dolor, y aprender a asumirlas como emociones tan poderosas y necesarias en nuestra vida como lo son el amor, la alegría y la esperanza.

Ser una Niña Rebelde es escuchar a la vocecita en tu cabeza que te susurra «Sí se puede» en lugar de la voz que te grita «No vas a poder».

Ser una Niña Rebelde es soñar, sentir y vivir bonito.

La gran María Cano.

¿Y ustedes? ¿Qué creen que signifique ser Niños Rebeldes? Como siempre, están más que invitados a contarme sus opiniones al respecto, tanto en nuestro Facebook como en nuestro Instagram.

Y bueno, si no se han animado a leer nada de Niñas Rebeldes, creo que esta apuesta con sabor y aroma a cafecito es una elección más que apropiada para empezar, y en verdad, debo decir que sentarme a escribir, a /hablar/ con ustedes era justo lo que necesitaba el día de hoy. Tal vez mis palabras no cambien la realidad de la persona que hoy nos dejó y que partió de este mundo de locos, pero tal vez, solo tal vez, estos pensamientos que acabo de compartir con ustedes le puedan brindar unos minuticos de compañía o entretenimiento a alguien que se haya tomado el tiempo de pasarse por aquí, y solo por eso, ya habrá valido la pena.

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!

Hasta siempre, Lara Jean: reseña de «To All The Boys: Always and Forever»

¡Muy buenas tardes! ¿Cómo se encuentran en este lunes medio frío? Por favor, recuerden mantenerse abrigados y no jugar con sus defensas, son tiempos algo difíciles así que lo mejor es cuidarnos todo lo posible.

Yo por mi parte estoy feliz y dichosa de poder acompañarlos en este lunes de cine en nuestro blog, hacía ratito que no les traía material de pelis pero la historia de la que vamos a hablar el día de hoy se tomó un espacio demasiado especial en mi corazón como para no hablar del tema por aquí, así que preparen sus mascarillas coreanas, sus galletas con chips de chocolate, sus pañuelos (miles de ellos), y disfruten de esta cosita bonita llamada To all the Boys: Always and Forever:

Y bueno, dirigida por Michael Fimognari, y con una nómina a la que le hemos tomado mucho cariño que incluye nombres como Lana Condor, Noah Centineo, Ana Cathart y Janel Parrish, la despedida de esta serie de películas basadas en la trilogía escrita por la maravillosa Jenny Han es una cinta que emociona y deja pensando en iguales proporciones. En su último año de preparatoria, Lara Jean y Peter K parecieran tener todo listo, planeado y organizado para disfrutar juntos de un futuro universitario en el que no existan los toques de queda, las restricciones o la distancia. Stanford parece ser la respuesta perfecta a los intereses tanto de Peter y su carrera como deportista, como para los sueños de LJ de convertirse en una gran escritora.

En el momento en que LJ descubre que no fue admitida a Stanford, su plan comienza a tambalear, lo que desencadena toda una serie de inseguridades y miedos propios de una persona como ella que ama el orden y tener el control de las cosas, lo que hará que nuestra protagonista deba cuestionarse si realmente Peter y ella están dispuestos a luchar por que su relación funcione, y lo que es más importante aún, descubrir que, tal vez, su camino de vida diste un poco del plan estructurado y controlado que ella tenía en su mente.

Tenemos aquí un giro interesante respecto a la propuesta narrativa de las dos cintas anteriores, y es que en esta ocasión Lara Jean no deberá decidir entre dos hombres increíblemente amables, caballerosos y dulces (sí, PK la embarró en su momento, eso no lo dudo, pero también creo que a lo largo de las cintas se ha reivindicado con honores), sino que en esta ocasión deberá decidir entre la vida segura y cercana a su familia que supone su «plan B» universitario, o por el contrario, volar aún más alto y permitirse encontrar un nuevo camino profesional, por muy distante que este pueda parecer en un primer momento. En medio de las dudas sobre si herirá a Peter con estos cambios de planes o no, el viaje de fin de curso será decisivo para que LJ descubra todas las opciones con las que cuenta a su disposición, y termine por entender que, cuando se quiere trabajar por un sueño en común, las cosas se dan.

¿Elegirá LJ jugar a lo seguro o por el contrario dará un gran salto de fe? ¿Podrá su amor por PK realmente soportarlo todo? Estas y otras preguntas son las que los esperan en su cuenta de Netflix más cercana.

Como alguien que leyó los libros antes de las pelis, puedo decir que esta última entrega me sorprendió por los muchos cambios que realizó sobre la trama principal, pues varios momentos decisivos para la historia se reinterpretaron e incluso se omitieron, pero lo curioso con todo esto es que, más que molestarme o enojarme, en realidad terminé por disfrutar muchísimo la apuesta narrativa que hicieron, sobre todo porque quiero tanto a estos personajes, que al ver lo que pasaba en la película solo podía pensar «sí, esto tiene sentido», o «sí, definitivamente esto es algo que X o Y personaje haría», así que si bien no es una adaptación 100% fiel, logra mantener la esencia de la historia y de lo que LJ y PK representan para mí: una pareja imperfecta, pero adorable y dispuesta a trabajar en equipo, y creo que en definitiva necesitamos más romances así.

En cuestiones actorales, Lana Condor se despide del rol que la catapultó a la fama con una actuación sensible, muy emotiva, y como espectadores podemos notar el modo en que LJ abre sus alas, aprende a confiar y a vivir el presente, y pasa de ser una jovencita soñadora y algo ingenua a una mujer lista para decidir sobre su vida y sacar el máximo provecho a cada momento ya sea bueno o malo, y creo que esto no habría sido posible sin el cariño y dedicación que Lana imprimió a su personaje. Por su parte, Noah Centineo conserva el encanto y carisma que le dio a Peter K desde su primera aparición, y ver el modo en que su personaje madura, se permite reconciliarse con su pasado y se embarca en un futuro lleno de esperanza y dedicación es un legado muy bonito que vuelve a poner sobre la mesa un recordatorio CLAVE para el público Young Adult, y es que las masculinidades tóxicas que no se permiten expresar sus emociones están mandadas a recoger, así de simple. Lana y Noah siempre serán LJ y PK para mí, y de todo corazón deseo que sus carreras sigan prosperando y creciendo, eso sí, sin nunca olvidar que todo empezó con una carta de amor.

En general, considero que la cinta es un cierre muy satisfactorio tanto para los fans de los libros como para los que llegaron a la fiesta gracias a las adaptaciones de Netflix, quienes hayan seguido con atención las distintas bandas sonoras se encontrarán con un par de sorpresas interesantes, y en definitiva todos se encontrarán con alguna frase, personaje o situación con el que se identifiquen, y creo que es maravilloso que el cine y la literatura nos permitan eso, pararnos frente a un espejo que, desde la ficción, nos deja pensando sobre nuestras propias vidas, temores y sueños. Es algo muy poderoso, en verdad.

Y bueno, sería mentira si dijera que no lloré, lo cierto es que mi maratón de las tres películas fue mi manera de celebrar San Valentín y disfruté cada segundo, de hecho, ver las tres cintas de corrido me ayudó a detectar pequeños detalles que pese a ser sutiles, terminaron siendo muy significativos, así que si no han visto la cinta todavía, les recomiendo el esfuercito de la maratón.

Me despido por hoy recordándoles que, al igual que LJ y PK, siempre llegarán momentos duros y tormentas, joder, hasta yo he pasado por un par de ellas recientemente, pero lo importante está en recordarnos que siempre habrá alguien allí para nosotros, ya sean nuestras parejas, amigos o familia, y no hay nada malo en cambiar de planes o cuestionarnos cosas que dábamos por sentadas, a fin de cuentas, somos seres humanos y el cambio y la capacidad de soñar cosas mejores y de trabajar por ellas han sido claves para nuestro progreso y evolución, así que bueno, a tomarnos las cosas un día a la vez y a soñar cosas bonitas, tal vez, con algo de buena suerte, hasta se nos cumplan.

Como siempre, los espero en nuestro Facebook e Instagram para que me cuenten cómo les fue con esta película, y si quieren más de Jenny Han, no se preocupen, Amazon dará vida a «The Summer I Turned Pretty», así que tenemos feels para rato.

Cuídense mucho y no se nieguen amar bonito.

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!

¿Jengibre o sal? Descubre a tu personaje de «El cuaderno de desafíos de Dash & Lily»

Buenos díaaaaaas.

¿Cómo se encuentran en esta fría mañana de noviembre? Espero que muy bien, y que tanto ustedes como sus familias estén bien de salud y a salvo.

Sé que no han sido días/semanas/meses fáciles para nadie, y pese a que pude regresar hace poco a este espacio con una reseñita sabor a chocolate francés, lo cierto es que no he logrado encontrar un ritmo emocional que me permita traerles los contenidos de calidad que sé que merecen, con la frecuencia y consistencia que a mí me gustaría, pero bueno, estamos vivos y creo que eso ya es una ganancia enorme tratándose de este año.

Pese a todo, les cuento que logré reunir las energías y ánimos para trabajar en este post que espero que acompañe su día y los divierta un rato, así que bueno, prepárense para comer galletas de jengibre y descubrir al amor mediante las letras, en esta aventura literaria llamada «El cuaderno de desafíos de Dash & Lily» de Rachel Cohn y David Levithan.

En la nueva edición de este clásico juvenil, la carátula transmite un renovado espíritu navideño que nos invita a disfrutar la lectura bajo una cobijita y comiendo muchos chocolates.

Y bueno, tal vez algunas personas crean que está algo temprano para empezar a hablar de historias navideñas, pero lo cierto es que ha sido un año tan problemático que creo que cuanto antes nos permitamos un respiro que nos acerque a los pequeños regalos que la vida nos sigue dando, mejor. En el caso de esta historia, la invitación a conocerla nos habla desde dos frentes, pues por un lado tenemos la llegada a librerías de la reedición de la novela, gracias a nuestros amigos de Ediciones Urano Colombia, y adicional a ello, el pasado 10 de noviembre se estrenó en Netflix la serie de televisión basada en el libro, así que no es una sino dos las razones que me tienen aquí sentada escribiendo estas letras y tiritando un poco de frío.

Ahora, debo reconocer que, si bien soy una adicta a verme temporadas completas de mis shows favoritos en 1 día o menos, en esta ocasión decidí morderme la lengua y leer el libro antes de maratonear la serie, pues esta era una historia que había leído hacía muchos años y que recordaba con mucho cariño, así que en verdad deseaba poder volver a la mente de sus protagonistas y gozar una vez más de esa imagen mental que todos solemos construir de los personajes que conocemos en un libro, antes de «enfrentarme» a sus representaciones televisivas y cinematográficas, que como bien hemos aprendido con el paso del tiempo, algunas veces son más fieles a las descripciones originales que otras.

Así que buenooooo, empecemos:

¿Cuántas veces hemos soñado con pasar las fiestas en Nueva York? La ciudad que nunca duerme ha sido testigo de infinidad de historias retratadas tanto en el cine, como en la literatura, la pintura, la fotografía y la música, y lo curioso con este lugar agitado e infinito es que, en lugar de sentirse como un cliché o un pretexto literario forzado, por alguna extraña razón nos sigue cautivando y dejando con ganas de más.

Nunca son demasiadas historias en la Gran Manzana, y esta obra nos llevará por algunos de sus lugares más representativos, empezando por uno de mis favoritos personales, la icónica librería Strand. Es en este lugar en el que comienza nuestra historia, un juego casi epistolar en el que por medio de mensajes escritos en un sencillo cuaderno Moleskine rojo, conoceremos a nuestros dos protagonistas, Dash y Lily.

Ahora, al tratarse de una reseña en mi blog, por lo general usaría este espacio para contarles un poco de cada uno de estos peculiares personajes, peeeeero decidí que esta vez podemos variar un poco el plan, así que en lugar de describirles en detalle a Dash y Lily, he preparado un test para que ustedes, mis queridos lectores, descubran a qué personaje de la novela se parecen más, y así se vayan adentrando en esta aventura cargada de humor, palabras rimbombantes y la dosis justa de amor para subir un poco los ánimos.

Seguirle el ritmo a este test es muy sencillo: solo debes llevar el conteo de cuántas respuestas A o B obtienes, así podrás conocer tus resultados al final de este test.

¿Están preparados?

Comencemos y a ver cómo resulta este jueguito:

Si pudieras describir en una sola palabra lo que te inspiran las fiestas de fin de año, esa palabra sería:

A) Emoción.

B) Aburrimiento.

A la hora de asistir a una novena:

A) ¡Cuantos más amigos y familiares aparezcan, mejor!

B) Mejor me quedo en casa leyendo.

Estás en tu librería independiente de preferencia. ¿Cuál de estas secciones visitas primero?

A) Novela juvenil.

B) Clásicos.

Siguiendo con el tema literario, ¿a cuál de estos autores le aceptarías un cafecito?

A) Antoine de Saint-Exupéry.

B) Walt Whitman.

Te acaban de regalar una caja de galletas navideñas. ¿Cuál es la primera a la que le das un mordisco?

A) Jengibre y miel.

B) Menta.

Si tus amigos tuvieran que describirte, ¿cuál pareja de términos se acercaría más a su respuesta?

A) Dulce y original.

B) Bohemio y reflexivo.

Estás en Nueva York y te antojas de un bocadillo. ¿Qué te compras?

A) Pizza de chocolate.

B) Pretzel con sal.

En el colegio, se te daban/da bien:

A) Los deportes.

B) Los concursos de escritura.

Uno de tus placeres culposos cuando estás triste es:

A) Hornear o cocinar algo delicioso.

B) Llenar de libros tu carrito online.

Esta navidad, quisieras recibir:

A) Tiempo.

B) Respuestas.

Bonus. ¿Con qué pareja de casas de Hogwarts te identificas más?

A) Hufflepuff/ Gryffindor

B) Ravenclaw/ Slytherin.

¿Cómo les fue? ¿Muy parejo? ¿Muy predecible? Solo hay una forma de saberlo, así que a contar respuestas y vamos con los resultados…

Si la mayoría de respuestas que elegiste fue A...

Eres…¡Lily!

Las fiestas suelen traerte muchos recuerdos felices junto con tu familia, de allí que ames involucrarte en todas las celebraciones y pongas todo de tu parte para hacer felices a tus seres queridos y demás personas especiales en tu vida. Amas expresar tu personalidad de muchas maneras, no le temes a los retos y te gustan las sorpresas. Aunque tu creatividad y pasión a veces pueden ser incomprendidas por algunas personas a tu alrededor, e incluso tildarte de extravagante o rara, en el fondo sabes que las personas correctas llegarán a tu vida, y solo hay que saber buscarlas.

Si la mayoría de respuestas que elegiste fue B...

Eres…¡Dash!

Las fiestas suelen resultar un poco incómodas para ti, y en ocasiones sientes que es demasiado drama el tener que compartir con personas que, con el tiempo, se han distanciado y a las que ya casi ni reconoces. Sueles ser una persona algo reservada y desconfiada respecto a quién dejas entrar a tu vida, pero en cuanto bajas la guardia, eres una persona leal, apasionada y muy entregada a aquello en lo que cree. Siempre tienes un buen libro o película que recomendar, y en el fondo, muy en el fondo, todavía te permites creer que allí afuera hay una persona especial esperando poder conocerte.

Y bueno, espero que se hayan divertido con este test tanto como yo me divertí creando las preguntas, ¡me encantaría que me contaran en Facebook, Twitter o Instagram sobre el personaje que obtuvieron! Yo por mi parte tengo muuuuuuuucho de Lily…

Si quedaron antojados de esta historia, en verdad les recomiendo leer la novela antes de ver la serie, ¡créanme que la disfrutarán mucho más!, es una adaptación más bien fiel, así que vale la pena llegar con todo fresquito.

Por si desean un último abrebocas, aquí les dejo el tráiler:

Y bueno, creo que eso sería todo por hoy. Me despido deseándoles mucha paz mental, mucha esperanza, salud y amor, ¡ya casi salimos de este 2020!

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Voces desde el Upside Down: reseña de “Max, la fugitiva”

¡Buenas, buenas!

Qué días tan extraños los que estamos viviendo, ¡juro que estoy teniendo que mirar el calendario muchísimas veces porque todos los días se sienten iguales!

Pero bueno, supongo que todos tenemos distintas maneras de sobrellevar este tiempo en casa, y gracias a la vida tenemos libros, películas y espacios como este para hacernos compañía y creer que todo mejorará pronto. Necesito que así sea.

Y bueno, el libro del que vamos a hablar el día de hoy llegó a Colombia unas semanitas antes de que el mundo ardiera, con distribución de Océano Colombia bajo el sello de Gran Travesía, y se trata de una novela que, si bien en apariencia se nos presentaba como una historia «complementaria» al mundo de Stranger Things, es más un retelling desde un punto de vista al que no se le suele dar protagonismo desde el show, se trata de Max, la fugitiva, de la autora californiana Brenna Yovanoff.

Un primer aspecto sobre el que quiero que hablemos es qué tanto deben o no saber de la serie para no sentirse tan perdidos a la hora de empezar su lectura, pues en definitiva siento que este es un libro casi que /exclusivo/ para fans de la serie que hayan visto al menos las dos primeras temporadas de la serie, y sobre todo la segunda pues sus hechos principales son los que viviremos desde la mirada sarcástica, ruda y divertida de Max, la valiente pelirroja que llega a Hawkins para acompañar a Mike, Dustin, Will y Lucas en sus muchas aventuras.

Con un tono narrativo muy coherente con lo que Sadie Sink nos entrega cada que encarna a este personaje en televisión, los capítulos del libro nos muestran un poco de la vida personal de Max, contándonos cómo acabó en un pueblo de Indiana olvidado por todos y cuáles fueron todos los problemas que llevaron a que su hermanastro Billy sea su peor enemigo.

El libro como tal no ofrece mayores sorpresas narrativas, a fin de cuentas su insumo principal es la serie y se mantiene fiel a su trama de inicio a fin, pero lo que sí es bien interesante y en definitiva es lo que rescato de este libro es la manera en que el personaje de Max nos cuenta un poco sobre sus miedos a que la juzguen por no vestirse o hacer «cosas de chicas» en lugar de andar por ahí con su patineta o dominar las tablas de puntajes en todas las maquinitas del arcade. Para ser tan joven, el personaje de Max ya tiene plena consciencia de lo difícil que puede ser crecer siendo una chica «fuera del molde», y el modo en que ella explora sus emociones y poco a poco descubre que no necesariamente debe andar sola por el mundo a la defensiva fue de las gratas sorpresas que me topé durante la lectura.

Al igual que en la serie, en esta novela no faltan la tensión, el humor, las referencias geek-ochenteras y uno que otro «cameo» que si aman al show tanto como yo de seguro disfrutarán.

En esencia, esta es una lectura rápida, amena y que logra cumplir con su propósito de dejarnos /como mínimo/ con ganas de repetirnos la serie, y quién sabe, tal vez y hasta sea un gran plan en estos días de cuarentena.

No sé si este proyecto editorial se expanda hacia otros personajes de la serie, yo en lo personal AMARÍA que Steve o Nancy tuvieran sus propios libros porque son de los arcos más interesantes que nos ha dado la serie, así que bueno, supongo que solo el tiempo nos lo dirá. Ahora, por último quiero recalcar que si solo han visto la primera temporada, la spoileada que les espera es bieeeeen heavy, así que ojito con eso.

Mientras tanto, solo me queda invitarlos a que aprovechemos este tiempo en casa para leer esos libros que tenemos en las pilas de TBR, para encontrar nuevos hobbies o intereses, redescubrir nuestras bibliotecas, patios traseros, estudios y cuartos, y sobre todo, animémonos a tener esas conversaciones y emociones que los trajines de la vida tal vez nos hayan alejado de hacer.

¿Cuando abrazamos a nuestros amigos sabíamos que era la última vez que lo haríamos en unas cuantas semanas? ¿Cuando fuimos a cine disfrutamos la película como si fuera la última que veríamos en una sala en el resto del mes?

Posiblemente no, pero mi punto con esto es que tal vez, en cuanto esto termine volveremos a vivir esos pequeños momentos de unión y felicidad con aún más intensidad y esperanza.

Esperanza, eso y arroz con huevo es todo lo que nos queda.

Fin del momento sad, ¡perdón! Mejor me despido por hoy recordándoles que nuestro Facebook, Twitter e Instagram siguen en acción para que juntos nos acompañemos y lleguemos vivos, sanos y felices al final de esta pandemia.

¡A lavarse las manos!

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Desmontando a Álvaro Colomer: en defensa de la LIJ y la crítica LIJ

En la crítica seré valiente, severo y absolutamente justo con amigos y enemigos. Nada cambiará este propósito.

Edgar Allan Poe.

¡Hola a todos!

Sean más que bienvenidos a un viernes atípico en el blog.

Quise empezar esta carta-reflexión con esta cita del querido Edgar Allan Poe para apelar a esa valentía y severidad que menciona el autor estadounidense para intentar «responder» de forma medianamente pertinente a la fallida entrevista del barcelonés Álvaro Colomer publicada recientemente por el portal La Razón, de Cataluña. Pueden leer dicha entrevista aquí.

En dicha entrevista, en un tono que podría calificarse de nada menos que soberbio, el autor se gloría en la publicación de su nueva novela juvenil, titulada Ahora llega el silencio, mediante la cual, en palabras del redactor de la nota, «El escritor Álvaro Colomer se acerca al público juvenil».

Ahora, si por «acercarse» al público juvenil buscaba cuestionar su inteligencia, su sentido crítico y reducirlos a su mínima expresión, pues me temo que logró su objetivo con creces.

Para que se entienda la ira y malestar que generó en mí esta entrevista, los invito a que veamos algunas de las falacias presentes en su discurso, que si bien es válido de ser expresado y divulgado, también es digno de ser cuestionado y debatido con contraargumentos.

«Yo soy de literatura para adultos que reconozco que es lo que me gusta hacer. Sin embargo, reconozco que la juvenil frente a la infantil tienen una ventaja enorme y es que no hay crítica literaria. Al no haberla, la libertad para escribir es tremenda.»

Esta afirmación es problemática por dos razones. En primer lugar, el asumir que /no/ hay crítica literaria de literatura juvenil supone negar toda la crítica literaria que se ha escrito de obras como Alicia en el país de las maravillas, El guardián entre el centeno, Frankenstein o el moderno Prometeo, o las horas que hemos dedicado a entender y analizar la totalidad de la obra de autores como Oscar Wilde o Edgar Allan Poe, y es que, le guste al señor Colomer o no, todos estos títulos que acabo de mencionar son clásicos de literatura juvenil, escritos por personas relativamente jóvenes, pertenecientes a los círculos literarios de su época, personas cultas, activas y curiosas, como, le informo al señor Colomer, son miles de lectores de literatura juvenil.

Esto nos lleva al segundo problema, y es la forma simplista en que el autor afirma que la literatura juvenil es una literatura fácil, de allí que esa «libertad para escribir» a la que se refiera no sea la libertad ligada al poder creativo, que busca romper paradigmas, construir nuevos estilos y llevar el lenguaje al límite, sino a esa libertad perezosa que lleva a caer en la mediocridad y el menor esfuerzo. ¿Dónde está lo fácil en el Bosque Negro de Tolkien? ¿En el armario del Narnia de Lewis? ¿En el Terramar de Le Guin? ¿En el sistema político del Panem de Collins? ¿Dónde?

«La infantil es diferente porque es más de corazón y hay que buscar historias muy tiernas con las que llegar al corazón de los niños de manera muy rápida. En la juvenil tienes que distraer al lector para que se lo pase bien. «

Aquí el señor Colomer arroja cuchillos ponzoñosos no solo a la literatura juvenil, sino también a la infantil. Me pregunto cuándo fue la última vez que se dio a la tarea de visitar una librería para explorar su colección infantil sin prejuicios o ideas equívocas al respecto, pues si hay un campo que ha entendido que «lo tierno» es tan solo uno de los caminos para entender las complejidades de la infancia, mas no el único, es precisamente el campo de la literatura infantil, y la crítica se ha encargado de mostrarnos que no porque los niños sean niños debemos evitar temas como la muerte, la soledad, la diversidad sexual, la imperfección de los roles paternos o la filosofía misma, que lo digan espacios como la Revista Babar y los blogs Linternas y Bosques y Anatarambana.

Ahora, en lo referente a «distraer al lector para que se lo pase bien», pensemos en lo sobreestimulado e hipercomunicado de este planeta de locos: ¿Qué puede llevar a un joven a elegir un libro por encima de una consola, su teléfono celular o demás divertimentos que nos rodean? Planteo aquí una idea temeraria: tal vez, ese joven lo haga por gusto y pasión por la lectura, señor. Tan simple como eso.

¿Tan baja es la imagen de los jóvenes que tiene el señor Colomer que no los cree capaces de leer por una motivación que vaya más allá de «pasar un buen rato»? Del mismo modo en que el joven Arthur Rimbaud (¡retirado de la literatura a los diecinueve años, señor!) leía a escondidas de su madre, ¿cuántos de nosotros no crecimos leyendo con una linterna hasta la madrugada?, ¿cuántos no hemos dedicado días, semanas y horas a devorar tomo tras tomo, a hacer filas para conocer a nuestros autores y decirles que nos cambiaron la vida?

Me temo que, para infinita decepción del señor Colomer, el amor que muchos jóvenes profesan/profesamos por la literatura trasciende el aburrimiento y apela a pulsiones más profundas. La identidad, el paso a la adultez, el buscar un lugar en el mundo, el tener una enfermedad mental, el entender lo que se siente y lo que se es son cuestiones tremendamente humanas que la literatura juvenil ha sabido abordar de forma estética y sólida, con personajes y  narrativas bien estructurados, con propiedad y dominio del lenguaje, y esa dimensión ha llegado a la crítica también, lo que me lleva a la siguiente falacia de la entrevista.

«Los adolescentes solamente tienen un único criterio para decirte si la novela es buena o no y es que mole. Eso es lo que les interesa.»

Pensar que los adolescentes son seres que solo se mueven entre el blanco y el negro no solo denota total desconocimiento de las dinámicas recientes como lo son las ferias del libro, las convenciones de cultura popular y las redes sociales, sino que también anula todo lo que la psicología misma ha dicho sobre la adolescencia. En una etapa de cuestionamientos, de afianzamiento de la identidad, de los valores y convicciones, ¿cómo osa afirmar el señor Colomer que el único criterio que un joven puede usar para hablar de un libro es si le gusta o no? ¿Dónde queda la identificación que pueda tener con la trama, con los personajes? ¿Los acuerdos que un autor puede establecer con sus lectores? ¿Las preguntas que pueda generarle el texto una vez lo termine? ¡El lector joven no es una simple máquina de likes, señor!

«Los adolescentes no leen las críticas. Sí es verdad que hay blogs especializados, pero si se fija casi todos son de gente de veinte y pico años como también sus lectores. Para ellos la literatura infantil es una manera de entrar en la crítica.»

Primer problema: reducir la crítica al formato escrito. La teoría de la recepción de la que nos hablaban Jauss y Eco nos ha llevado a que, precisamente, dentro de su dinamismo y pluraridad, los críticos de LIJ entendamos a la audiencia lectora de lo que criticamos o reseñamos, y celebremos que la literatura juvenil se comente, se viva y se comparta no solo en los espacios impresos como revistas o blogs, sino también en Youtube y en Instagram, que lo digan Javier Ruescas, Sebas Mouret, Abril Karera, Isa Cantos, Christine Riccio, India Hill Brown, Warda, Micol, Aleema, entre otros.

Y llega aquí el ataque directo, la razón por la que hoy escribo estas letras entre la frustración y la rabia. No, señor Colomer, yo no uso la literatura juvenil para «entrar en la crítica», yo entré a la crítica MOTIVADA por la LIJ, inspirada por el deseo sincero de explorarla, investigarla, entenderla y reseñarla, y no pienso salirme de allí, pues créalo o no, muchos vivimos felices siendo críticos de LIJ y encontramos satisfacción y auténtico deleite en ello, no estaría escribiendo en este blog si no fuera ese el caso.

Para mí la LIJ es un fin, no un medio. Un fondo, no una forma. Un significado, no un significante, y gracias a la LIJ es que hoy puedo estar aquí como una abanderada más de esta causa, para responderle a personas como el señor Colomer, que de forma tan ligera señala con el dedo sin darse cuenta de que, en el proceso, está negando toda una tradición literaria escrita en la historia y de la que posiblemente él mismo se haya alimentado.

Y bueno, tal vez esta entrevista sea solo una artimaña para poner a medio mundo a hablar del señor Colomer y su novela, «mal o bien, pero que hablen» dirían algunos a fin de cuentas, pero con o sin artimaña de por medio, no podía quedarme callada ante un hecho y es que a la literatura infantil y juvenil siempre se le suele pordebajear y reducir a «basura comercial» que nadie niega que exista, pero que constituye una falacia de generalización indebida en la medida de que no hay verdades absolutas en la literatura, y del mismo modo en que la literatura juvenil tiene obras muy buenas y muy malas, dicho fenómeno bien podría aplicar también a la literatura «de adultos».

En verdad espero que no solo mi voz se alce ante estas desafortunadas afirmaciones, quienes vivimos de editar o hacer crítica LIJ bien sabemos que la realidad es muy distinta, que el género se cuestiona y reescribe a velocidades desmedidas, y que con independencia de la soberbia de autores como el señor Colomer, y para su infinito desconcento, aquí estamos, existimos, y estamos para quedarnos.

Me despido por hoy deseándoles un muy feliz fin de semana, espero lo pasen en compañía de un libro increíble y de muchos chocolates, y por supuesto, los espero en nuestro Facebook, Twitter e Instagram para seguir comentando, leyendo y aprendiendo juntos.

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#RecorridoLector2019: mi año en libros

¡Buenas y enguayabadas tardes!

Antes que nada, ¡feliz Navidad!, que la luz y la esperanza nunca los dejen, y en caso de que lleguen tiempos oscuros, espero que sus familias, amigos y seres queridos estén siempre allí para devolverlos a la tranquilidad y a la paz mental.

A propósito del año que se acerca a su fin, resulta una locura asumir que este es el último miércoles de libros del año, y qué mejor forma de celebrarlo que con un recorrido por lo que fueron mis lecturas en este 2019. Para ello, he decidido unirme a la iniciativa de la querida Aleja de la cuenta de Bookstagram Bookish Queen que nos trae una serie de preguntas o pautas para mirar hacia atrás y reflexionar un poco sobre lo que este año nos dejó en materia de libros.

Las distintas «categorías» son estas que ven en la imagen, así que vamos a ir respondiéndolas poco a poco y ya veremos qué resulta de este experimento:

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1) Primera lectura del año: Queen of Air and Darkness-Cassandra Clare

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Este libro me pilló mientras recibía el año nuevo en una lejana cabaña en las verdes y tranquilas tierras de Boyacá. Creo que fue un desenlace tan emotivo y doloroso que puso a «The Dark Artifices» como mi trilogía favorita (a la fecha) de la gran Cassie Clare. Me hubiera gustado leer este desenlace después de leer Tales from the Shadowhunter Academy y no antes, pero no se dieron las cosas, así que bueno, tal vez en 2020 me ponga al día con todo lo que me falta de este mundo de Shadowhunters.

2) Libro más corto: La ardilla miedosa encuentra un amigo- Mélanie Watt

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Lo leí mientras estaba en break en mis turnos de trabajo en FilBo, y bueno, no niego que me dio risa. Tal vez hasta me anime a leer los demás libros de su serie, es bien jocosa.

3) El mayor plot twist: Los Testamentos– Margaret Atwood

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Algunas personas «vieron venir» el plot twist que nos espera en esta secuela de El cuento de la criada. Yo por mi parte me estrellé contra él y grité de emoción. Pueden leer más al respecto en mi reseña del libro.

4) La edición más bonita: El Mago de Oz de L. Frank Baum

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Su formato pequeño, con un tamaño de letra ideal y las ilustraciones de W. W. Denslow hicieron de esta fábula una lectura muuuuy entretenida y restaurada al brillo original con que fue concebida en el año 1900.

5) Un libro que te sorprendiera: Las muertes chiquitas– Margarita Posada

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Un libro durísimo, directo y lleno de empatía y honestidad. Un testimonio que desde la valentía, la humanidad y el reconocimiento del poder sanador que tiene la escritura, nos recuerda que está bien hablar de salud mental, que no hay nada malo en buscar ayuda y en proteger nuestra mente y nuestras emociones de todas esas experiencias, personas o conductas tóxicas, e incluso, de nosotros mismos.

6) Un libro muy descriptivo- Historia secreta de la música- Alejandro Marín

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Del mismo modo en que el «Pimp» nos habla en sus podcast y programas radiales, este libro lleno de anécdotas y curiosidades sobre el mundo de la música mantiene un tono rico en descripciones, en adjetivos y analogías que nos ayudan a entender las distintas maquinarias que operan detrás de un ritmo, de una canción, de un artista. Una lectura obligada para los melómanos de corazón.

Aquí mi reseña.

7) El autor que más leíste: María Inés McCormick

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Gracias a este recorrido lector acabo de darme cuenta de que, por primera vez en mucho tiempo, este año no me «pegué» a leer a un mismo autor o autora de forma juiciosa y constante. El año pasado creo que me pasó con Roald Dahl, pero este lo máximo que llegué a leer de un mismo autor fueron dos títulos de la bogotana María Inés McCormick, de quien leí Algo pasa en la Quinta San Roque y El Mohán. En definitiva me quedo con su trabajo infantil, siendo El Mohán mi favorito de los dos.

8) Un libro que hayas releído: ¡Ninguno!

Uy 😦 Me temo que este año mis compromisos como editora, lectora y blogger no me permitieron sacar tiempo para ninguna relectura. Posiblemente mi próximo repitis sea Mujercitas, justo a tiempo para la peli…

9) La decepción del año: El día que dejó de nevar en Alaska– Alice Kellen

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Antes de que me crucifiquen, me explico: no es que sea un mal libro, simplemente no logré tomarle suficiente cariño a la historia, y créanme, en serio creí que me iba a gustar el trabajo de esta autora, digo, soy una romántica sin remedio, pero esta es la hora que sigo preguntándome qué fue lo que falló, si fue el final, el protagonista o algunos lugares comunes, esta es la hora que NO LO SÉ. Pese a esto, no descarto intentarlo con otro libro de Alice a ver si hacemos las paces…

10) El libro más largo del año: Londres– Edward Rutherfurd

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…’Sucrijto bendito. 1184 páginas, gente. Empecé en abril, paré de leer en mayo para luego retomar en octubre hasta que por fin lo terminé en diciembre. Leer la historia de esta icónica ciudad, año tras año, década tras década, fue un proyecto ambicioso que no hubiera dado fruto de no ser por el gran árbol familiar que acompaña a la historia. Sin duda un libro muy rico en el lenguaje, en las imágenes que logra reconstruir de cada periodo, pero en definitiva no es algo para todos.

11) Libro autoconclusivo: Hora de brillar– Angie Thomas

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Sin duda, este fue de los libros que marcaron mi 2019 por su carácter de denuncia, de seguir dando voz a una población históricamente marginada y por seguir apelando a los jóvenes para decirles que no están solos, que sus realidades tan complejas también tienen eco en la literatura juvenil y que estos temas difíciles se deben seguir hablando en casa, en la biblioteca y en las aulas.

Pueden leer mi reseña completa aquí.

12) Saga que terminarás (¿terminaste?) este año: Cielo infinito– Katharine McGee

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Este año terminé la trilogía de El piso mil con un cierre dramático pero satisfactorio. La historia que empecé odiando en el tomo 1 de la saga terminó ganando ritmo, los personajes se fueron complejizando, la trama «aterrizó» por decirlo de algún modo, y el final logró ser coherente y con la dosis justa de feels. En 2020 espero poder terminar la trilogía de Me Before You (me falta por leer Still Me), y la tetralogía de The Raven Boys ( me falta por leer The Raven King), ¡ojalá lo logre!

13) Un autor que conociera este año: Clau Ramírez, autora de El Príncipe del Sol

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No solo la conocí en persona durante FilBo, sino que también me permití darle una oportunidad a su inicio de saga, y lo cierto es que me atrapó bastante la lectura, pues tiene un sistema de magia interesante y unas ilustraciones impresionantes que nos dan un contexto y una estética definida. Siendo honesta, muero de ganas por leer la continuación ahorita que /por fin / nos llegue en enero, y mientras tanto, pueden leer mi reseña del primer libro aquí.

14) Libro que por fin decidiste leer: La niña Alemana – Armando Lucas Correa

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Luego de varias visitas de este autor a Bogotá, me paré frente a mi biblioteca durante una temporada en que estaba leyendo mucho de historia y dije «¿Por qué no?» así que por fin leí esta novela cargada de nostalgia, de denuncia, de sed por el reconocimiento de los errores cometidos en el pasado por los gobiernos norteamericanos y cubano, que con su silencio llevaron de regreso al infierno nazi a miles de personas a quienes les negaron asilo en la Segunda Guerra Mundial. Pese al trágico contexto de la obra, prevalece en ella un llamado a la empatía, a ver las fronteras con nuevos ojos y a recordar que el océano ha sido testigo de infinidad de historias sobre la pérdida, la separación y los nuevos comienzos.

15) Género literario que más leíste: Ficción *creo*

Puedo afirmar que este fue un año en extremo diverso para mis lecturas. Ya fuera por cosas del trabajo o por intereses personales, pasé de la novela histórica a la crónica y de allí a la novela gráfica, para luego darle cabida a algo de fantasía y luego volver de un salto a la realidad con temáticas juveniles que no por tener algo de romance dejan de hablarnos de contextos durísimos como lo son la orfandad, la depresión o el odio racial. No me atrevería a decir que algún subgénero «predominara», y creo que eso está bien. No soy así de cuidadosa con la «planeación» de mis lecturas, solo me pongo una meta numérica y en el camino se van dando los géneros.

16) Libro favorito de 2019: A todas nos pasa– Fat Pandora

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Sí, tal vez hubo historias mejores en el camino. Sí, tal vez algunas personas lo reduzcan a «superación personal» y nada más, pero yo como lectora no puedo hacer más que recordar este libro con muchísimo cariño por el momento específico de mi vida en que lo leí. Posiblemente les haya pasado que están pasando por un momento algo complejo de sus vidas y es precisamente la lectura de x o y libro lo que les da alivio, compañía y consuelo, sea del autor o género que sea. Pues bien, justo eso fue lo que me pasó con el libro de Adri, y desde ahí muchas cosas han pasado que hacen que lo siga recomendando y tratando de aplicar la regla de los tres minutos en distintos escenarios de mi vida. No se trata de vender o imponer métodos absolutos para la felicidad total, no creo que dichos métodos existan, pero sí creo que el asunto va de tener algo más de empatía y sororidad. Pues eso.

Pueden leer mi reseña aquí.

17) La última lectura de tu año: Geekerella– Ashley Poston

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De hecho, es tan «última» lectura, que al día de hoy apenas voy por la mitad, oops. Supongo que me gusta la adrenalina, pero creo que con el Book Fairies Day of Reading del próximo domingo 29 de pronto la logre. Lo que sí puedo decir es que ha sido un libro graciosísimo de leer, sobre todo por ciertas similitudes entre la historia de Darien y Elle y la mía, entonces de momento me ha encantado, confiemos en que eso no cambie en los próximos días.

Y bueno, en verdad le agradezco a Aleja por habernos compartido en sus redes sociales esta plantilla de Recorrido Lector, de no ser por ella me temo que hubiera llegado al 31 sin saber por dónde diablos empezar a depurar lo mejor y lo peor de mi 2019 en materia de libros, y claro que siempre se puede mejorar, en verdad me hubiera gustado estar en más lecturas conjuntas o de pronto cerrar esas sagas que tengo pendientes hace años, pero si hay algo que me ha enseñado la vida lectora es que, la mayoría de las veces, los libros llegan a tus manos en el momento preciso, y no necesariamente es un momento cronológico sino también anímico: a veces, el corazón se siente con ganas de fantasía épica, y otras, está más en onda de ensayo o memoria, y ¿saben una cosa?

Eso. Está. Bien.

Espero que este año que termina les haya dejado nuevos descubrimientos, nuevas frases de esas que merecen resaltador o doble banderita, que hayan podido conocer a algunos de sus autores favoritos, ¿y por qué no? Que le hayan sacado también un ratico a escuchar al escritor que algunos/muchos de ustedes llevan dentro. Su voz narrativa es tan valiosa como aquellas que ya han sido publicadas, se los dice alguien que a veces trabaja con esas voces autorales y las ayuda a ser escuchadas.

Nuestro cierre del año continúa el próximo lunes 30 cuando les cuente cuáles fueron mis películas favoritas del año, y mientras tanto, los espero como siempre en nuestro Facebook, Twitter e Instagram para despedir este 2019 con mucho agradecimiento y recibir el 2020 con mucha esperanza y nuevos sueños por cumplir.

¡Felices fiestaaaaaaas!

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Ritmos de denuncia: reseña de “Hora de brillar”

Buenas bueeeeeeeeenas. ¿Cómo están en este miércoles de novenas? Espero que ya hayan comido los primeros buñuelitos de la temporada navideña y que de algún modo, encontremos luz y esperanza en medio de tanto dolor e injusticia. En verdad que intento enfocarme en lo positivo y seguir escribiendo sobre lo que leo y lo que siento, así que bueno, ya veremos cómo nos va.

A propósito de esas injusticias y denuncias que día a día nos bombardean en redes sociales, hoy quisiera que habláramos de una historia sobre lo duro y valiente que es decir la verdad y ser un artista joven en un mundo de grandes maquinarias, peligros y sonidos repetitivos, se trata de Hora de brillar, la segunda novela de la autora estadounidense  Angie Thomas, que en esta ocasión llega a los lectores colombianos bajo la distribución de Ediciones Urano Colombia.

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En este libro conoceremos la historia de Bri, una joven afroamericana que desea abrirse paso en el mundo del hip-hop sin sentirse opacada por la carrera de su difundo padre, quien en su momento fue una gran estrella del género. Adicional a las angustias propias de la vida adolescente (tales como los exámenes finales, el despertar de la identidad sexual, los roces entre amigos y la aparente incomprensión familiar), Bri debe enfrentarse al reto de permanecer auténtica a sus convicciones y creencias, pues a veces la fama puede prometer un sueño demasiado bueno para ser real.

El libro se organiza en tres partes bien diferenciadas en las que capítulo a capítulo conoceremos un poco más sobre la escena del hip-hop, sus batallas, sus postulados y la manera en que sus letras e ideales ayudan a moldear la vida de Bri y la inspiran a querer plasmar en sus canciones una realidad en la que el racismo, el abuso de la fuerza y los estigmas hacia las personas de color y los latinos parecieran ser una constante.

En el camino al estrellato nuestra protagonista correrá el riesgo de perder su esencia si se confía demasiado, después de todo, conforme avanzan las páginas veremos que el hip-hop es un fenómeno que trasciende lo musical para llegar a la escena social, cultural e incluso política. Entre tennis de diseñador, promesas de dinero fácil y pandillas que desean censurar sus canciones, Bri tendrá que volver a lo básico, a su familia, sus amigos, y preguntarse hasta dónde está dispuesta a llegar con tal de firmar con una disquera para producir su primer álbum.

Tenemos aquí uno de los conflictos más interesantes de la trama, porque veamos, ¿quién de nosotros no se ha imaginado alguna vez que es famoso? Como tal, no creo que haya nada de malo en eso, yo misma soñaba con ser una gran autora publicada y que tales, pero mi punto con esto es que, si hay algo en lo que Angie Thomas es genial es precisamente en hablar de realidades durísimas sin endulzarlas o maquillarlas, y en el caso de Hora de brillar, Bri aprenderá que esas promesas de fama, dinero y reconocimiento siempre traen un precio a pagar, y su mayor desafío estará en encontrar en sus letras y en su vida la inspiración perfecta para apropiarse de la escena musical urbana siendo ella misma, sin falsas etiquetas o clichés, y creo que ese es de los mensajes más poderosos de esta historia.

Del mismo modo en que lo hizo en El odio que das, en esta segunda novela Angie Thomas nos presenta a  una protagonista femenina fuerte, con carácter, pero a la vez humana, llena de miedos y dudas como cualquiera de nosotros. Tanto Starr como Bri son dos protagonistas que no temen reconocerse imperfectas, que en ocasiones no saben muy bien qué hacer con los giros inesperados de sus vidas, y creo que hay un poco del alma de Angie Thomas en ellas dos, en la manera en que ambas encuentran en la fe un sentido de justicia, de redención, y ese carácter de denuncia y de darle en sus libros una voz a una población históricamente marginada es algo muy valiente.

En definitiva, celebro que la literatura YA siga siendo un espacio para reflexionar sobre este mundo de locos en que vivimos, para ver que a veces la realidad es un insumo lo suficientemente potente para contar historias de calidad e impacto, y con esto no busco desprestigiar en modo alguno a la fantasía o la ciencia ficción (el cielo sabe que soy una ávida lectora de ambos géneros), con esto lo que quiero decir es que me encanta toparme con historias en las que, a pesar de la corrupción, las artimañas sucias y el dolor, permanece una llamita de esperanza, por muy pequeña que sea, y dados los hechos recientes, creo que es necesario darnos la oportunidad de buscar algo de empatía y cercanía en historias como estas.

Y bueno, me pregunto qué se traerá Angie Thomas en el futuro, creo que el principal desafío será mantener su estilo sin caer en una estructura narrativa en extremo repetitiva o predecible (protagonista mujer afroamericana joven en apuros de índole social), y mientras tanto, es un hecho que Hora de brillar también llegará a la pantalla grande, así que aprovechemos para leer el libro antes de ver la peli, ¡es un gran plan!

Me despido por hoy agradeciendo su paciencia y comprensión durante la semana y media que estuve ausente tanto de Facebook, como de Twitter e Instagram, por alguna loca razón este ha sido de los años en que más feliz y más triste me he sentido, así que en verdad espero poder seguir trabajando en mis emociones y en cómo las vivo y entiendo. Todo es un proceso, supongo.

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!

De lectores para lectores: algunos pensamientos sobre la “Guía oficial para nuevos (y viejos) lectores”

¡Hola, hola!

Creo que somos varios sorprendidos ante el hecho de que tengamos un segundo post de libros esta semana, pero como estamos en FilBo siento que podemos permitirnos un poco de flexibilidad, y más cuando el autor del libro que vamos a comentar hoy lo presentará el domingo 5 de mayo en la sala FilBo E a las 2:00 p.m, así que me pareció genial poder recomendarlo antes del evento para que muchos se animen a conocer el libro y a acompañarnos en el lanzamiento.

Y bueno, el libro de hoy es producto del amor que su autor, Filipe Polydoro del canal Poly Books, siente por la lectura, y me alegra mucho haber podido ver crecer este proyecto desde una idea algo loca hasta que por fin el sueño se hizo realidad y llegó a las manos de todos en esto que se llama la Guía oficial para nuevos (y viejos) lectores, editada por Intermedio Editores.

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Podríamos empezar preguntándonos por qué es necesaria o útil una Guía que ayude a nuevos y viejos lectores a descubrir nuevos géneros y a adentrarse en el hábito lector. La respuesta es simple: la comunidad lectora es muuuuy amplia, y precisamente por eso puede resultar un poco confuso o intimidante el empezar a leer por placer o gusto en lugar de leer por obligación como suele suceder en los años de colegio, de allí que tomen mucho valor los libros o diarios de lectura como este, en el que Poly le habla a los lectores como a sus iguales, sin ínfulas académicas o de superioridad, ni mucho menos buscando imponer verdades absolutas.

En esta aventura lectora el autor utiliza un tono muy cercano y dialógico para abordar sin miedo muchos de los temas que suelen rondar por la mente de un lector tanto novato como experimentado: los distintos géneros literarios, el eterno debate de libro impreso vs. libro digital o la pregunta por si es mejor un libro que su adaptación cinematográfica son algunos de los temas principales de los capítulos de este libro lleno de actividades y retos para sacar al lector que todos llevamos dentro, ¿y por qué no? Redescubrir nuevas formas de vivir la experiencia de leer.

Conforme avanzan las páginas, Poly nos muestra también su faceta periodística, pues a la hora de hablar de los distintos géneros literarios nos toparemos con una serie de entrevistas a distintos Booktubers y Bloggers que a criterio del autor son representantes o apasionados de cada género (en mi caso, tuve el honor de participar en la entrevista sobre el género de Distopía <3), de allí que podamos conocer un poco más de colegas lectores como Isa Cantos de Crónicas de una Merodeadora, Kyoko Swords de Sabious Words, Jennifer Moreno de Nos gusta leer y Chris Rey de El cuaderno de Chris. Estas entrevistas fueron geniales no solo de hacer sino también de leer, pues ejemplifican muy bien el carácter diverso de la lectura, y nos recuerdan que la experiencia de leer es algo muy personal en cuanto a que nadie compite contra nadie, ni nadie es mejor o peor lector que nadie, y eso es algo que deberíamos tener cada vez más presente en un mundo en el que las rivalidades tontas terminan por darnos úlceras innecesarias de vez en cuando.

Otro de los aspectos que me gustó del libro fue la honestidad con la que Poly aborda algunos de los temas “picosos” de la comunidad lectora, como lo mejor y lo peor de Booktube, los temidos bloqueos lectores y los retos de lectura, temas que en ocasiones suelen generar algo de polémica pero que aquí se explican con toda la paciencia del caso y siempre con espacio para la opinión particular de cada lector, de allí que sea una Guía con sugerencias y no un Método o un decálogo de qué leer y cómo leer (que de haber sido así no hubiera resultado la mitad de divertido de lo que es ahora).

El libro es una invitación a cuestionarse, a reconocer esas manías y placeres culposos que se tienen al leer y a plasmarlos por escrito en un ejercicio íntimo en el que podemos reflexionar sobre cómo leemos, por qué leemos y para qué leemos, y lo genial del asunto es que no hay respuestas equívocas, solo ideas de un lector a otro, así que alisten sus esferos o lápices de colores porque de seguro los necesitarán para llenar las páginas de esta Guía.

¿Podría hablarse de muchos más géneros en la Guía? Posiblemente.

¿Se da full prioridad a lo juvenil por encima de otros bloques de edad? También.

¿Y saben una cosa? No. Hay. Nada. De malo. En eso.

Lo realmente valioso aquí es que este libro puede ser un primer paso para esos lectores que no tienen muy claro por dónde empezar y que desean conocer muchas de sus potenciales opciones y referentes. Sin duda es un libro que amaría regalar y recomendar a todas esas personas que en algún momento me han preguntado por una recomendación literaria, a fin de cuentas, la idea de esto no es imponer, sino explorar y afinar poco a poco el gusto personal, y ese es el principal llamado o invitación que nos hace este libro.

De todo corazón felicito a Poly por su iniciativa, por hablar sin miedo y ayudar a romper el estigma, ese prejuicio tan destructivo que miente sin cesar y afirma de forma egoísta que los jóvenes no leen, que no son curiosos por naturaleza. Este libro es una cachetada a ese estigma, y cuantas más vengan, mejor.

Me despido por hoy invitándolos a que, ya sean lectores consagrados o apenas estén empezando la vida lectora, se animen a darle una oportunidad a este libro, que lo rayen, le pongan banderitas y lo regalen a sus amigos y conocidos. Tal vez sea el inicio de una revolución…

Si ya tienen el libro, no dejen de compartir en sus redes sociales los distintos retos y actividades usando el hashtag #BookQuest, yo estaré muy pendiente en nuestro Twitter y Facebook de compartir lo que hagan y también les mostraré lo que haga con el mío <3.

Que siga FilBo y que sigan las letras, ¡nos vemos en Corferias!

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!