#OscarCuchurrumí día 3: el primer amor de «Licorice Pizza»

¡Buenas y heladas tardes!

¿Cómo se encuentran en este dominguito de pereza? Espero que muy bien. Yo estoy MUY emocionada, no solo porque mañana veo a Miley Cyrus en concierto (#GraciasDiositoPorFavoresRecibidos), sino porque también estamos exactamente a unaaaa, sí, a UNAAAAA semana de la entrega de los premios Oscar en Los Ángeles, California, ¿así que qué mejor plan para seguirnos preparando que avanzar en esta aventura cinematográfica anual llamada #OscarCuchurrumí?

Ya hablamos de Dune y de Don’t Look Up, y hoy les traigo una de las películas que más esperaba poder ver durante esta temporada de premios, así que sin más introducciones, alisten sus outfits setenteros, sus licencias de conducción y disfruten de esto que se llama Licorice Pizza:

Y bueno, tenemos aquí una historia de esas que nos llenan de nostalgia y nos hacen recordar esa inocencia y las tan sonadas mariposas en el estómago producto de reconocernos por primera vez como personas enamoradas de alguien más.

Precisamente, los diversos matices del primer amor son el ingrediente ganador de esta cinta escrita y dirigida por Paul Thomas Anderson, que nos transporta al año 1973, al Valle de San Fernando en California. Allí, conoceremos a Gary (interpretado por Cooper Hoffman, hijo del gran y siempre recordado Philip Seymour Hoffman), un adolescente de quince años que busca consolidar su carrera en el mundo del espectáculo, primero como actor de teatro musical y luego como emprendedor.

En medio de su vida escolar y sus andares actorales, Gary conoce a Alana (interpretada por Alana Haim, integrante del grupo musical Haim), una mujer en sus veintes, acostumbrada a la aburrida rutina del clásico adulto joven que debe trabajar en lo que salga y no en lo que le gustaría realmente. Juntos, y a pesar de una diferencia de edades considerable, Alana y Gary se embarcarán en un viaje de autoconocimiento, para descubrir quiénes quieren ser, qué quieren hacer con sus vidas, y sobre todo, qué vienen siendo el uno para el otro.

Alana Haim y Cooper Hoffman en sus roles de Alana y Gary.

En el proceso, a nosotros como espectadores nos irán quedando algunas dudillas:

¿Se puede ser millonario a los 15 años?

¿Existe una edad determinada para enamorarse por primera vez?

¿Qué esconden las colinas y casas con césped perfectamente podado del Valle de San Fernando?

¿Cuántos actores de renombre se nos van a atravesar de forma inesperada en esta cinta?

Por fortuna para todos, de forma sarcástica y divertida la película logra dar respuesta a estas y muchas otras preguntas, y aunque en ocasiones la trama puede sentirse un poco extensa, creo que en esencia logra su cometido de recordarnos que, cuando el amor se te mete en la cabeza no siempre piensas con claridad, y desenredar ese nudo en tu mente es de las mayores aventuras que podrás llegar a vivir alguna vez.

Vamos con algunos detalles que me llamaron la atención:

En primer lugar, tenemos una época tremenda como contexto inicial, ese California de los 70’s que todavía se hallaba sufriendo la vergüenza de la Guerra de Vietnam, y un estado en que ciertas libertades recién empezaban a negociarse. En medio de todo ello conoceremos a una generación marcada por la música, la creencia en todo tipo de ideales políticos y un deseo permanente de buscar «pertenecer» a algo, ya fuera un empleo, una causa social o política e incluso a una relación de pareja.

Esa curiosidad de validar nuestro lugar en el mundo es algo con lo que cualquiera de nosotros puede conectar, y gracias al trabajo de dos protagonistas muy bien logrados es que a lo largo de la película será casi que imposible no empatizar en mayor o menor medida, ya sea con Gary o con Alana.

De un lado tenemos a Gary, una persona ambiciosa, a la que actualmente podríamos catalogar como «sin miedo al éxito», alguien totalmente dispuesto a conquistar a Alana y con esa energía adolescente de quien sabe que está en el mejor momento de su vida para tomar decisiones irresponsables o temerarias sin tener que sufrir mayores consecuencias por ellas.

En la otra cara de la moneda se encuentra Alana, una mujer que tal vez desde la experiencia de esos añitos de «ventaja» que le lleva a Gary se ha desencantado un poco de la vida, es mucho más pragmática y menos arriesgada que su amigo, pero a la vez se siente llamada a cuidar de él y a ser «la voz de la razón» en un par de ocasiones. Aún sin quererlo, muy en el fondo Alana todavía sueña con una vida emocionante, mucho más allá de un empleo tradicional, y la energía frenética de Gary será el motor que la impulse a volver a creer en lo que puede hacer y en toooooda la vida que tiene por delante. En definitiva, como alguien que se encuentra en sus agonizantes 29 años, decir que me conecté con el personaje de Alana es quedarme corta la verdad.

Otro elemento que debo destacar es la banda sonora, simplemente im-pre-sio-nan-te, con música de artistas como Nina Simone, The Doors y David Bowie, y en más de una ocasión terminé zapateando y tarareando para mis adentros, así que no dejen de escucharla.

Por último, pero no menos importante, les cuento que las categorías a las que esta cinta está nominada en los premios Oscar son:

-Mejor director

-Mejor película

-Mejor guion original

Pese a que no creo que logre llevarse a casa alguna de las preciadas estatuillas, y si soy completamente honesta, mientras escribo estas letras sigo sin tener muy claro el porqué del título de esta cinta, al final del día lo realmente importante es esa apuesta por contar una historia que sin mayores efectos especiales o tramas en extremo densas nos logra cautivar durante buenas 2 horas y 13 minutos, con uno que otro girillo interesante y unas muy necesarias carcajadas que nos recuerdan lo «awkward» de nuestros propios años de adolescencia, y poder mirar atrás hacia ese primer gran amor con humor e ironía es una labor muy bonita y que no todos en el mundo del cine se han animado a hacer.

Me despido por hoy invitándolos a que estén muuuuy pendientes de nuestro Facebook e Instagram, pues la temporada de premios no para y hay que estar en la jugada, ¡son siempre bienvenidos a contarme sus apuestas y nominadas favoritas de este año!

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!

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