¡Buenos y helados díaaaaas!
Espero se encuentren muy bien, que la nostalgia de fin de año no los haya pateado todavía y que poco a poco encuentren paz en sus realidades actuales y en lo que está por venir, a fin de cuentas, poder decir que empezamos una nueva semana y ya casi un nuevo mes es una bendición maravillosa y siempre es mejor poder enfocarnos en eso que en lo mucho o poco medio regular en nuestras vidas.
Hablando de enfocarnos en lo bueno, me alegra muchísimo poder regresar a nuestros lunes de cine con una película que llevaba un bueeeeen tiempo esperando, y que creo que no dejará a nadie indiferente, así que sin más demoras, preparen sus arepitas de queso, sus instrumentos musicales favoritos y prepárense para celebrar aquello que nos hace únicos como Colombianos en esto que se llama Encanto:
En esta, la película número 60 de los estudios de animación Disney, volvemos a casa, a ese país que tanto se ha representado desde el morbo y el amarillismo de las balas y la narco-cultura de la muerte y que por fin recibe un homenaje sentido, sincero y lleno de detalles que muchos de mis hermanos y hermanas compatriotas identificarán y gozarán.
Conoceremos a los Madrigal, una familia numerosa como esas que nos dieron nuestros abuelos, con sus tíos, tías, primos y primas, cada uno con un don especial, desde hablar con los animales hasta controlar el clima, todos menos Mirabel, nuestra protagonista, quien creció sin recibir un talento sobrenatural como el resto de su familia, e intenta apoyarlos del mejor modo posible, pese a su ligera torpeza o la presión del resto del pueblo por sacar a colación el hecho de que ella no sea «especial».
En el momento en que extrañas circunstancias ponen en peligro la estabilidad de su familia y de la comunidad, Mirabel tendrá que emprender una aventura para encontrar qué puede estar causando que de repente su familia no pueda manifestar sus dones y talentos como ha estado haciendo por generaciones, y tal vez, en el proceso pueda descubrir su propia forma de brillar.
¿Podrá Mirabel salvar el futuro de su familia?
¿Encontrará una voz para todo lo que ha estado callando su corazón por años?
¿Qué secretos esconden las muchas puertas y pasillos de la gran y eterna Casa Madrigal?
Las respuestas a estas y otras preguntas los esperan en su sala de cine más cercana.
Como no es sorpresa en las producciones de Disney, tenemos aquí una historia que brilla por su colorido, su música y lo variopinto de sus personajes. Dirigida por Jared Bush, Byron Howard y Charise Castro Smith, y con canciones originales del GENIO Lin-Manuel Miranda, creo que el principal reto para el equipo de producción fue el de elaborar una historia que lograra «zafarse» de la etiqueta de ser «Una nueva Coco«, como algunas personas la tildaron en cuanto se supo del proyecto, y a mi humilde parecer, considero que lograron el objetivo, pues el arduo trabajo con sociólogos, antropólogos, lingüistas y biólogos colombianos permitió que la cinta tuviera su propia huella local, con una trama sencilla pero emotiva, y suficientes elementos locales para distanciarla de Coco (eso sí, no me disgustaría que Encanto repitiera la hazaña y se llevara el Oscar a mejor película de animación como pasó con su antecesora en 2018).
Una de las polémicas que ha rodeado a la película desde que se liberó el primer teaser hace un par de meses era que «no representaba la realidad del país», un reclamo que a mi parecer es tan pero tan amargo, y siento que constituye una huella que todavía debe sanarse en muchas personas, para permitirse entender que no porque se exalte una cosa positiva del país se anula o niega el dolor de nuestra historia y de lo que hemos tenido que enfrentar generación tras generación.
Precisamente, esa resiliencia, unión familiar en medio del dolor y esperanza ante las adversidades son elementos clave de la trama de Encanto, y más que mostrarnos una realidad 100% perfecta, termina por dejarnos reflexionando sobre nuestras experiencias y caminares como Colombianos, algunos más golpeados que otros, pero ese color, ese cafecito de las mañanas o esos paisajes que siguen allí a pesar de todo el dolor del que han sido testigos son lo que en verdad celebro de la cinta, que en esencia es un recordatorio de la tierra que nos vio nacer y una invitación a volver a lo básico, a esa gran casa que bien puede ser la suya o la mía, y creo que ahí es en donde realmente radica la magia de la película, y es en su capacidad para ser un espejo de nuestras propias familias, de nuestras rutinas en casa o esos tesoros que a veces tildamos de «narrativas cliché» pero que tanto extrañamos cuando estamos lejos del país.
No puedo dejar pasar la oportunidad de celebrar el esfuerzo de la producción por involucrar en las voces del elenco a distintos colombianos, tanto en la versión en inglés (como es el caso de veteranos de la industria como John Leguizamo o Angie Cepeda) como en español (con personalidades como Alejandro Riaño y Yaneth waldman), e incluso, tenemos a gente en extremo pila como María Cecilia Botero, Carolina Gaitán y Maluma (Baby XD) que hicieron el doblaje de las voces de sus personajes en los dos idiomas, un desafío actoral nada despreciable y que calmó los nervios de unos cuantos espectadores incrédulos que esperaban un elenco mayoritariamente mexicano. Ahora, como soy una ñoña de los idiomas hice el experimento de verla en ambos idiomas, el miércoles en español y el viernes en inglés, y debo decir que agradezco mucho haberlo hecho, pues algunas letras tuvieron pequeños cambios, así que mi consejo es que, si pueden, vean ambas versiones y que cada uno decida con cuál se queda.
En definitiva, Encanto es una celebración de Colombia como un país de contrastes, diversidad y riqueza natural, espiritual y musical. Las canciones te ponen a zapatear desde el comienzo, y a fin de disfrutar la experiencia completa les recomiendo NO escucharlas antes de ver la cinta, pues pueden resultar un tris spoileras la verdad.
De todo corazón deseo que vayan al cine con sus familias, que lleven a sus amigos extranjeros y les ayuden a descubrir poco a poco todos los detalles de nuestra cultura que llenan cada escena de nostalgia y cariño por esta gran Casita que llamamos Colombia. Al menos, eso es lo que yo planeo hacer.
¿Le dará a Encanto para llegar a los Oscar del 2022? Quisiera creer que /siquiera/ la nominarán a Mejor película animada (la competencia está bieeen fuerte), y estaré MUY enojada si «Dos oruguitas» de Sebastián Yatra no recibe nominación a mejor canción original, en verdad es una canción que merece vivirse en el cine y llorarse con el alma, es todo lo que diré.
Y bueno, me declaro una enamorada de esta cinta, de lo que representa, y sueño que en el futuro, a donde sea que me lleve la vida, cuando le diga a alguien que soy Colombiana, espero que su respuesta sea «¡Ay, Colombia! ¡ENCANTO!».
Como siempre, los espero en nuestro Facebook e Instagram para seguir la discusión sobre el impacto de esta peli, así que estaré mega pendiente de cómo les va en este regreso a las salas de cine, y creo que hay Encanto para raaaaaato.
Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!