Volver a casa: reseña de «Encanto»

¡Buenos y helados díaaaaas!

Espero se encuentren muy bien, que la nostalgia de fin de año no los haya pateado todavía y que poco a poco encuentren paz en sus realidades actuales y en lo que está por venir, a fin de cuentas, poder decir que empezamos una nueva semana y ya casi un nuevo mes es una bendición maravillosa y siempre es mejor poder enfocarnos en eso que en lo mucho o poco medio regular en nuestras vidas.

Hablando de enfocarnos en lo bueno, me alegra muchísimo poder regresar a nuestros lunes de cine con una película que llevaba un bueeeeen tiempo esperando, y que creo que no dejará a nadie indiferente, así que sin más demoras, preparen sus arepitas de queso, sus instrumentos musicales favoritos y prepárense para celebrar aquello que nos hace únicos como Colombianos en esto que se llama Encanto:

En esta, la película número 60 de los estudios de animación Disney, volvemos a casa, a ese país que tanto se ha representado desde el morbo y el amarillismo de las balas y la narco-cultura de la muerte y que por fin recibe un homenaje sentido, sincero y lleno de detalles que muchos de mis hermanos y hermanas compatriotas identificarán y gozarán.

Conoceremos a los Madrigal, una familia numerosa como esas que nos dieron nuestros abuelos, con sus tíos, tías, primos y primas, cada uno con un don especial, desde hablar con los animales hasta controlar el clima, todos menos Mirabel, nuestra protagonista, quien creció sin recibir un talento sobrenatural como el resto de su familia, e intenta apoyarlos del mejor modo posible, pese a su ligera torpeza o la presión del resto del pueblo por sacar a colación el hecho de que ella no sea «especial».

En el momento en que extrañas circunstancias ponen en peligro la estabilidad de su familia y de la comunidad, Mirabel tendrá que emprender una aventura para encontrar qué puede estar causando que de repente su familia no pueda manifestar sus dones y talentos como ha estado haciendo por generaciones, y tal vez, en el proceso pueda descubrir su propia forma de brillar.

¿Podrá Mirabel salvar el futuro de su familia?

¿Encontrará una voz para todo lo que ha estado callando su corazón por años?

¿Qué secretos esconden las muchas puertas y pasillos de la gran y eterna Casa Madrigal?

Las respuestas a estas y otras preguntas los esperan en su sala de cine más cercana.

Como no es sorpresa en las producciones de Disney, tenemos aquí una historia que brilla por su colorido, su música y lo variopinto de sus personajes. Dirigida por Jared Bush, Byron Howard y Charise Castro Smith, y con canciones originales del GENIO Lin-Manuel Miranda, creo que el principal reto para el equipo de producción fue el de elaborar una historia que lograra «zafarse» de la etiqueta de ser «Una nueva Coco«, como algunas personas la tildaron en cuanto se supo del proyecto, y a mi humilde parecer, considero que lograron el objetivo, pues el arduo trabajo con sociólogos, antropólogos, lingüistas y biólogos colombianos permitió que la cinta tuviera su propia huella local, con una trama sencilla pero emotiva, y suficientes elementos locales para distanciarla de Coco (eso sí, no me disgustaría que Encanto repitiera la hazaña y se llevara el Oscar a mejor película de animación como pasó con su antecesora en 2018).

Una de las polémicas que ha rodeado a la película desde que se liberó el primer teaser hace un par de meses era que «no representaba la realidad del país», un reclamo que a mi parecer es tan pero tan amargo, y siento que constituye una huella que todavía debe sanarse en muchas personas, para permitirse entender que no porque se exalte una cosa positiva del país se anula o niega el dolor de nuestra historia y de lo que hemos tenido que enfrentar generación tras generación.

Precisamente, esa resiliencia, unión familiar en medio del dolor y esperanza ante las adversidades son elementos clave de la trama de Encanto, y más que mostrarnos una realidad 100% perfecta, termina por dejarnos reflexionando sobre nuestras experiencias y caminares como Colombianos, algunos más golpeados que otros, pero ese color, ese cafecito de las mañanas o esos paisajes que siguen allí a pesar de todo el dolor del que han sido testigos son lo que en verdad celebro de la cinta, que en esencia es un recordatorio de la tierra que nos vio nacer y una invitación a volver a lo básico, a esa gran casa que bien puede ser la suya o la mía, y creo que ahí es en donde realmente radica la magia de la película, y es en su capacidad para ser un espejo de nuestras propias familias, de nuestras rutinas en casa o esos tesoros que a veces tildamos de «narrativas cliché» pero que tanto extrañamos cuando estamos lejos del país.

No puedo dejar pasar la oportunidad de celebrar el esfuerzo de la producción por involucrar en las voces del elenco a distintos colombianos, tanto en la versión en inglés (como es el caso de veteranos de la industria como John Leguizamo o Angie Cepeda) como en español (con personalidades como Alejandro Riaño y Yaneth waldman), e incluso, tenemos a gente en extremo pila como María Cecilia Botero, Carolina Gaitán y Maluma (Baby XD) que hicieron el doblaje de las voces de sus personajes en los dos idiomas, un desafío actoral nada despreciable y que calmó los nervios de unos cuantos espectadores incrédulos que esperaban un elenco mayoritariamente mexicano. Ahora, como soy una ñoña de los idiomas hice el experimento de verla en ambos idiomas, el miércoles en español y el viernes en inglés, y debo decir que agradezco mucho haberlo hecho, pues algunas letras tuvieron pequeños cambios, así que mi consejo es que, si pueden, vean ambas versiones y que cada uno decida con cuál se queda.

Algunos de los integrantes del elenco en la premier en el Teatro Colón de Bogotá.
El elenco de la versión en inglés durante la premier en mi amada Los Ángeles, California. Stephanie Beatriz da voz a Mirabel.

En definitiva, Encanto es una celebración de Colombia como un país de contrastes, diversidad y riqueza natural, espiritual y musical. Las canciones te ponen a zapatear desde el comienzo, y a fin de disfrutar la experiencia completa les recomiendo NO escucharlas antes de ver la cinta, pues pueden resultar un tris spoileras la verdad.

De todo corazón deseo que vayan al cine con sus familias, que lleven a sus amigos extranjeros y les ayuden a descubrir poco a poco todos los detalles de nuestra cultura que llenan cada escena de nostalgia y cariño por esta gran Casita que llamamos Colombia. Al menos, eso es lo que yo planeo hacer.

¿Le dará a Encanto para llegar a los Oscar del 2022? Quisiera creer que /siquiera/ la nominarán a Mejor película animada (la competencia está bieeen fuerte), y estaré MUY enojada si «Dos oruguitas» de Sebastián Yatra no recibe nominación a mejor canción original, en verdad es una canción que merece vivirse en el cine y llorarse con el alma, es todo lo que diré.

Y bueno, me declaro una enamorada de esta cinta, de lo que representa, y sueño que en el futuro, a donde sea que me lleve la vida, cuando le diga a alguien que soy Colombiana, espero que su respuesta sea «¡Ay, Colombia! ¡ENCANTO!».

Como siempre, los espero en nuestro Facebook e Instagram para seguir la discusión sobre el impacto de esta peli, así que estaré mega pendiente de cómo les va en este regreso a las salas de cine, y creo que hay Encanto para raaaaaato.

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!

Viajes familiares: reseña de «Onward/ Unidos»

¡Hola, marzo!

¿Cómo se encuentran en este nuevo mes que poco a poco nos arrastra cada vez más al interior de este 2020? Yo voy bien, recuperándome de un febrero que me afectó un poco la salud, pero con muchas ganas de salir adelante y pasar página. Aquí estamos.

Teniendo en cuenta el clima como darks, es triste que el miedo en ocasiones parezca ganarnos la batalla. El viernes por ejemplo, cuando fui a ver la peli de la que hablaremos el día de hoy me sorprendió muchísimo toparme con un centro comercial casi desierto, y ni qué hablar del cine. No parecía un viernes en la noche, por una vez la confitería no era una Cornucopia de los Juegos del Hambre, y se podía caminar sin temor a que alguien te tumbara el balde de palomitas. Sí, hay que cuidarse, pero siempre con cabeza fría…¿no?

Pero bueno, por fortuna para todos los cines siguen abiertos, no hemos muerto todavía, así que creo que lo más sensato es respirar profundo, seguir las instrucciones del caso y tratar de mantener la calma y la normalidad, entonces los invito a que aprovechemos que aún podemos tener lunes de cine para que se abrochen los cinturones y disfruten de esto que se llama Onward:

¿No les parece una cosita bonita? Dirigida por Dan Scanlon, la primera de las dos apuestas cinematográficas de Disney Pixar para este 2020 nos trae una historia en donde lo fantástico dialoga con lo cotidiano. En un mundo en el que la magia ha pasado a segundo plano y las criaturas fantásticas se han dejado atrapar por la monótona rutina de las grandes urbes, conoceremos a los hermanos Ian (interpretado por Tom Holland) y Barley (interpretado por Chris Pratt) Lightfood, dos elfos que perdieron a su padre a muy temprana edad y desde entonces llevan una vida tranquila junto con su mamá (interpretada por Julia Louis-Dreyfus) y una juguetona dragona de mascota.

Ian es el menor, y su carácter es algo tímido, introvertido y asustadizo. Solo quiere pasar desapercibido en su colegio y se aferra todo lo posible a todo lo que pueda recordarle a su ausente padre. Por su parte, Barley es rudo, gracioso y abierto, su afición por los juegos de rol y batallas lo tienen sumido en un mundo de fantasía, misiones y aventuras, y conduce una van que reconstruyó con sus propias manos y que básicamente es su adoración.

Cuando un misterioso legado de su padre los invita a emprender un viaje inesperado, Ian y Barley tendrán que aprender a confiar en el otro y subirse una vez más a su querida van para adentrarse en una aventura que promete cambiar sus vidas para siempre. ¿Lograrán llevarse bien estos dos hermanos en apariencia tan distintos? ¿Será cierto que no hay viajes fantásticos sin maldiciones y criaturas escalofriantes en el camino? Estas son tan solo algunas de las preguntas cuyas respuestas los esperan en el cine si se animan a ir a ver esta peli.

450_1000

Ahora, como ya es habitual en Pixar, tenemos aquí una apuesta con una marcada tendencia hacia lo emocional. A lo largo de los años hemos visto lo que pasaría si los peces tuvieran sentimientos, si los juguetes tuvieran sentimientos, si los SENTIMIENTOS tuvieran sentimientos, y en esta ocasión los sentimientos que explora la trama son unos bien complejos, como lo son la ausencia de la figura paterna y el deseo de aferrarse a memorias que cada día se hacen más difusas.

Al igual que en Coco, la familia es el eje central de la trama de Onward, porque veremos el modo en que ambos hermanos deberán afrontar la vida que tienen por delante, así que el amor de su hogar será clave para que puedan enfrentarse a las adversidades, y es que, a veces, los vínculos familiares más fuertes son aquellos que ni te das cuenta que estás construyendo hasta que los pones a prueba.

Ahora, algunas personas que ya vieron la cinta afirman que lloraron mucho más con Onward que con Coco (en mi caso fue a la inversa), y creo que esto se debe a que la historia se siente más o menos cercana según el contexto familiar de cada uno de los espectadores, ¿y saben algo? no hay nada malo en eso. Esa es la magia del cine, el hacernos sentir cosas.

1e6641f24a87f92e718ed687b731fb25

Hablando de cuestiones técnicas, como siempre suelo recomendarles, en verdad vale la pena que cuando vayan a ver esta cinta lo hagan en su idioma original, y es que si bien no he podido ver a Chris Pratt y Tom Holland en sus facetas Marvelitas, aquí sí que logran darle vida con sus voces a dos hermanos del alma que entre chistes y lecciones de vida logran enamorarnos, y no sé qué tanto de eso se pierda con el doblaje, que espero que no sea tan grave, pero por si acaso, HOLA SUBTÍTULOS. 

Como buena peli de Pixar el componente visual es muy riguroso, muy colorido, y no creo que sea obligatorio el 3D, yo por lo menos la vi en 2D e igual seguí enamorada del nivel de detalle al que han llegado estos genios de la animación, y no me sorprendería que se logre meter a la contienda por el Oscar a Mejor película animada en 2021.

Otro aspecto que amé fue la bellísima canción de Brandi Carlile que acompaña la cinta, así que aquí se las dejo y ya me contarán si creen que funciona con la cinta o no.

Y bueno, creo que esta será de esas cintas que sin problema se ganarán el ❤ de su audiencia, con un poderoso mensaje sobre el amor, los lazos que nos unen y las aventuras que a veces tememos emprender pero que terminan por dejar huellas increíbles en nosotros, así que como siempre los invito a que la vean y me cuenten en Facebook, Twitter e Instagram sobre cómo les va en el cine con esta peli.

Me despido por hoy desesándoles mucho amor, esperanza, aventuras y magia en su vida. Nunca viene mal un poquito de todo.

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!

Una amistad natural: reseña de «El llamado salvaje»

¡Buenos díaaaaaaas!

Última semana del mes, así que desde ya bienvenidos muchos sueños, salud y aprendizajes para todos, ¡vamos que vamos!

Luego de muchas carreras frenéticas en lo que fue #OscarCuchurrumí me tomé un respiro pequeñito, pero ya estoy de regreso con mucho para hablar y compartir con ustedes, así que bueno, confiemos en que será un buen post.

La peli de hoy la pude ver hace unos diítas en un ensayo de prensa junto con otros influenciadores y periodistas cortesía de Cinecolor Films, y contrario a como suelo hacer, en esta ocasión me vi primero la peli y /después/ me leí el libro, y creo que fue un ejercicio bien interesante, entonces sin más introducciones, vamos con esto que se llama El llamado salvaje:

Y bueno, antes de empezar creo que tenemos aquí a dos posibles audiencias: de una parte, tenemos a los curiosos por ver la adaptación del clásico literario de 1903 (que sigo sin entender por qué demonios en español lo tradujeron como La llamada de la selva si el libro transcurre en la helada Alaska y no se menciona a la selva en absoluto x.x), y por el otro tenemos a esa audiencia a la que le llama la atención «una historia como bonita de aventuras de un hombre con su perro». Por fortuna para ambas opciones, esta cinta dirigida por Chris Sanders logra encontrar cierto equilibrio que satisface los intereses de todos.

Al igual que en el libro, conoceremos la historia de Buck, un perro hogareño, consentido y acostumbrado a hacer lo que quiere sin mayores limitaciones. Su vida en una elegante casa de Santa Clara en California cambiará para siempre cuando en el marco de la fiebre del oro de Klondike algunos sedientos de dinero se dediquen a raptar perros con potencial para halar trineos y venderlos al mejor postor.

Lejos de todo lo que le resulta familiar y seguro, Buck tendrá que apelar a sus instintos más profundos para lograr sobrevivir en una cruda carrera en busca del preciado oro. Por fortuna para él, John Thornton, un humilde y valiente explorador (interpretado por Harrison Ford) se encargará de recordarle a Buck que aún en medio de la nada hay espacio para la familia, la unión y el cariño incondicional que da la amistad. Cuando la amibición de unos se conjugue con la indómita nieve, nuestros protagonistas tendrán que aprender a confiar en el otro y a adaptar sus caminos a lo que la naturaleza y la vida les tengan preparado, y no a lo que sus planes iniciales les indiquen.

Call-of-the-Wild

¿Podrá un perro «de casa de familia» encontrar su lado más salvaje y vencer sus miedos? ¿Quién es realmente el salvaje, el hombre o las criaturas que domina a punta de violencia y terror? Estas son tan solo algunas de las dudas que resuelve la cinta.

Creo que este es uno de esos raros casos en que la cinta logra cautivarme más que el libro en que se basa, y es que, sin entrar en mayores detalles, en ocasiones la novela resulta tan cruda y violenta que sufrí mucho mientras leía. La cosa es la siguiente: el autor californiano Jack London fue de los que por allá en el siglo XIX se dejó llevar por la fiebre del oro en el norte del continente y aunque no tuvo nada de suerte buscando pepitas doradas, pudo conocer de primera mano la dinámica de los trineos, los exploradores y las duras condiciones climáticas a las que perros y humanos se sometían, de allí que tuviera material e inspiración de sobra para describir en detalle lo inhumano del trato de los exploradores de Klondike para con los lobos y perros que impulsaban sus trineos.

Las escenas de peleas, latigazos, inanición y tortura de muchos animales son una constante de la obra literaria, y de haberse llevado a la gran pantalla habría perdido todo el carácter familiar para dejar a más de uno traumado (yo incluida), pero para mi infinito alivio, la película se distancia y reduce a lo mínimo posible estas escenas, que por cierto, no implicaron en modo alguno a animales reales, sino que fueron generados por CGI en su totalidad. 

Ahora, este juego de CGI puede ser algo confuso en algunas tomas, y debió de ser bien complejo actuar con algo que en realidad no está allí, pero prefiero MIL VECES que algunas escenas se vean «extrañas» a que usen a animales reales que puedan ponerse en peligro durante el rodaje. En el fondo, la pregunta es si la audiencia sabrá entender el porqué de esta apuesta por el CGI, recordemos que a la hora de crucificar el uso indiscriminado de esta tecnología no nos tembló la mano para condenar el desastre de Cats, así que habrá que apelar a la imaginación y esperar lo mejor.

Otro de los aspectos en que difiere la película es que la amistad de John y Buck se construye de forma más sólida y lógica, las distintas escenas en que ambos se apoyan y se cuidan nos ayudan a entender mucho más ese misterioso y mágico lazo que puede establecerse entre un animal y el humano al que este decide darle todo su cariño y sus compañía, y creo que eso es en lo que debemos enfocarnos con esta película. De hecho, fue muy bonito que a propósito de la cinta en Bogotá se hiciera una jornada de adopción de perritos el pasado 16 de febrero.

Creo que además de los paisajes impresionantes y los momentos de tensión (que los hay, EN SERIO LOS HAY), esta cinta termina por ser un recordatorio de volver a lo básico, al conectarse con la naturaleza y todos sus habitantes para entender que hay belleza y felicidad en las pequeñas cosas de la vida, y que esos pequeños amigos lanudos y de patas suaves y juguetonas siempre dejan huellas no solo en la tierra, sino también en el corazón.

111919-cc-call-of-the-wild-trailer-vid

Y bueeeeeno, esta es la primera cinta de Disney que se lanza bajo el sello 20th Century Studios desde que se oficializara la compra de dicha compañía el año pasado, así que vale, solo la siempre ruda y competitiva taquilla nos dirá cómo le va a esta apuesta. Yo por lo menos le tengo fe, ¿y ustedes?

Me despido por hoy invitándolos a que como siempre me acompañen en Facebook, Twitter e Instagram para que juntos sigamos enamorándonos del séptimo arte y de todas sus posibilidades, ¡confiemos en que vienen grandes pelis en camino!

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!

#OscarCuchurrumí día 2: la tensión de «Parasite»

¡Hola, hola!

Bienvenidos a un nuevo e inesperado domingo de cine en Si No Le Gusta No Lea, ¿cómo están en esta mañana de nuevo mes? Espero que muy bien.

Hoy los saludo desde la soleada Cartagena, mientras alterno mis aventuras editoriales y literarias en el Hay Festival con este, el segundo día de nuestro especial de #OscarCuchurrumí. Si es la primera vez que me acompañan, les recuerdo la dinámica: 9 días, 9 reseñas de las 9 películas nominadas en la categoría de Mejor película.

¿Preparados? El día de ayer arrancamos con 1917, así que sin más divagues vamos con nuestra elegida de hoy, directo desde Corea del Sur llega esto que se llama Parasite:

Lo primero que debo decir respecto a esta cinta es que fue sin duda alguna la historia que más me afectó emocional y sensorialmente de todas las nominadas que veremos en #OscarCuchurrumí, en el sentido de que, si visitan este blog con cierta regularidad, se habrán dado cuenta de que casi nunca reseño nada de suspenso, terror u horror, solo lo hago durante la temporada de premios cinematográficos cuando dichas películas reciben nominaciones a Mejor película, como sucedió hace dos años con Get Out!

Las cosas que hago por amor al cine, sigh.

Pero bueno, aquí estamos y tenemos ante nosotros una cinta bien compleja, inesperada, así que haré todo lo que esté a mi alcance para explicarla del mejor modo posible: conoceremos a la humilde familia Kim, conformada por el padre, la madre y sus dos hijos jóvenes adultos. Cuando a uno de los hijos se le brinda la posibilidad de enseñar inglés en casa de una adinerada familia, el clan completo aunará esfuerzos para lograr un lugar como trabajadores de la casa «rica», haciendo uso de cuanta artimaña y triquiñuela sea necesaria, abarcando desde identidades falsas hasta chantajes e intoxicaciones. ¿Cuánto tiempo podrán los Kim mantener su fachada de empleados estrella? Solo yendo al cine podrán conocer la respuesta.

Este primer bloque narrativo de la cinta tiene un marcado tono de humor negro, de sátira y denuncia, ya que veremos lo radicalmente distintas que pueden ser las vidas de ambas familias: de un lado tenemos a la familia «pobre», llena de astucia, algo rencorosa por la vida que «les tocó vivir» y totalmente dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias con tal de cambiar su condición, y por el otro tenemos a la familia «rica», algo ingenua y lista para pagar lo que sea necesario para tener a sus hijos ocupados y en apariencia felices.

Uno pensaría que tenemos aquí una cinta meramente satírica, pensada para entretener, pero sabiendo que se trata de la dirección y guion de Bong Joon Ho, veremos que la trama termina por complejizarse hasta llegar a instancias mucho más oscuras, y comenzaremos a entender que detrás de esa familia en apariencia perfecta y feliz, de esa casa bellísima y ordenada, hay una serie de misterios que terminarán por arrastrar a ambas familias a un desenlace veloz, crudo y álgido por decir lo menos.

1575902098-parasite-header

Precisamente, creo que ahí está el brillo de esta cinta, en el modo en que el ambiente de la historia va cambiando, se va construyendo muchísima tensión, y cuando menos lo esperamos los espectadores estamos al borde de la silla y con el corazón a mil, y es que en la saga de estas dos familias hay mucha tela para dónde cortar, y recae en nosotros darnos la oportunidad de entender las motivaciones de cada personaje, el papel tan importante que desempeña cada rincón, cada objeto, cada silencio de la cinta, de allí que no sea gratuito el hecho de estar haciendo historia al ser la primera cinta surcoreana en recibir una nominación a las categorías de Mejor película y Mejor película internacional/ en lengua extranjera. Además, recibió nominaciones a Mejor director, Mejor guion original, Mejor diseño de producción y Mejor edición.

El hecho de que esta película esté nominada en la categoría de Mejor película nos recuerda un poco la apuesta de Roma, cinta que reafirmó desde las particularidades de su idioma y su contexto cultural y político que los subtítulos ya no son una barrera para pesar la calidad de un producto cinematográfico, y el propio Bong Joon Ho lo afirmó recientemente. Se pueden hacer maravillas cuando le damos una oportunidad a las películas en lenguas distintas a la nuestra. Intentémoslo.

Ahora, no puedo contarles qué sucede explícitamente en la historia, para que esté en boca de muchos y tanto aficionados como críticos coincidamos en que es una GRAN película, lo cierto es que sería triste dañar esa experiencia infartante que tuve al ir al cine sin saber a qué atenerme, para luego salir algo pálida y descompuesta (pero eso soy yo que tengo tolerancia cero al suspenso), pero sí puedo decirles que piensen en otras producciones de este director, como lo fueron la tierna-y -a- la-vez-cruel Okja o la bizarra Mother , producciones que no dejan a nadie indiferente y que por el contrario terminan apelando a las facetas más insensibles y violentas de la especie humana, a la vez que nos recuerdan que todo en familia es más divertido, pero también más complejo.

En definitiva, puedo afirmar que Parasite es una película muy bien hecha, con una historia que desde el comienzo sabe muy bien a dónde quiere llegar y cómo quiere contarse, que sabe jugar con las emociones y teorías del espectador, gracias a un elenco que horroriza, divierte y sorprende en iguales proporciones, de allí que en esencia sea una cinta con todos los elementos para ser recordado como un clásico, ¿ y por qué no? Dar alguna que otra sorpresa en la gala del 9 de febrero. Eso sí, casi que les pongo en las manos la estatuilla de Mejor película internacional/en lengua extranjera, así de simple. Si les gusta esta historia, tal vez le den un chance a la serie de televisión que están preparando para expandir la historia original, parece que lo que hay es ideas…

Y bueno, me despido por hoy esperando que me sigan acompañando en esta aventura cinematográfica de nueve días, como siempre los espero en nuestro Facebook, Twitter e Instagram para que sigamos haciendo nuestras apuestas y preparemos nuestras predicciones para la noche más brillante del cine.

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!

Viajes que transforman: reseña de «Trece sobres azules» de Maureen Johnson

¡Buenos díaaaaas!

¿Cómo se encuentran en este miércoles? No puedo creer que ya estemos despidiendo al primer mes del año, no niego que me asusta un poco la velocidad a la que está pasando el tiempo, parece ayer cuando estábamos hablando de objetivos del 2019, de lo que había sido nuestro 2018 y de todo lo que esperábamos mejorar del año pasado y soñar para este. Pero bueno, supongo que con el paso del tiempo solo queda perder un poquito el miedo a lo que vendrá y seguir haciendo las cosas de la mejor forma posible.

Tal vez esa sea la clave para que no nos duela el paso del tiempo. Habrá que ver.

Hoy vengo a hablarles de un libro que devoré en tres días y que siento que es muy adecuado para estos días de empezar el año con lecturas que motiven, animen un poco la moral y nos recuerden las muchas posibilidades que tenemos ante nuestros ojos, se trata de Trece sobres azules, escrito por la autora estadounidense Maureen Johnson y que llegó a Colombia gracias a Editorial Océano.

9788416363650

La historia gira en torno a Ginny, (de Virginia, no Ginebra), una joven estadounidense tímida y algo centrada en su mundo. Su rutina tranquila se altera por completo el día en que recibe trece sobres azules acompañados de una carta de su ausente tía Peg y mil dólares para comprar un tiquete de avión. En la carta, su tía le dice que debe seguir fielmente las instrucciones de cada sobre y ayudarla en una misión especial que involucra cuatro reglas concretas:

  1. Ginny solo podrá llevar lo que quepa en una mochila de quince kilos. Una muy fea por cierto. No puede llevar equipaje adicional o bolso de mano.
  2. No podrá llevar guías de viaje, ni diccionarios ni ninguna otra ayuda para entender idiomas extranjeros.
  3. No podrá llevar dinero adicional, ni cheques ni tarjetas crédito o débito. De eso se encarga la tía Peg.
  4. Nada de aparatos electrónicos. No celular, no cámara, no iPod. Ginny no podrá contactar a nadie en Estados Unidos por llamadas o correo. Solo cartas o postales a la vieja usanza.

A pesar de las dudas que esto puede generarle, Ginny decide abrir el primer sobre y aventurarse en una misión que cambiará su forma de ver el mundo y le hará cuestionar muchas cosas sobre sí misma y sobre esa tía fugitiva que tantos misterios le ocultaba. En su viaje conocerá a Keith, un artista rebelde, descontrolado y libre que desde el inicio pondrá a Ginny de cabeza y la ayudará a descubrir que el mundo es un abanico de aventuras de toda índole, esperando pacientemente a que siga el plan de la tía Peg.  ¿Qué secretos le rebelará cada sobre azul a nuestra insegura protagonista? Solo adentrándose en la lectura podrán descubrirlo.

Y bien, este libro fue el primero que leí de Maureen Johnson, y debo reconocer que tenía muy buenas referencias de ella, sobre todo porque ha co-escrito con autores que amo y leo bastante como lo son John Green y Cassie Clare, así que en cuanto tuve la oportunidad de leer una de sus novelas en solitario pensé ¿por qué no?

En su escritura, podemos ver que Maureen es muy rigurosa en la investigación previa a cada libro que crea. Los viajes que emprende Ginny se tornan reales gracias a las descripciones tan precisas y detalladas de las distintas ciudades a las que la llevan los sobres que le envió su tía, (Venecia y Londres por nombrar algunas), y conforme avanzan las páginas, termina por ser inevitable el estar en los zapatos de nuestra protagonista, en serio vemos el mundo con sus ojos llenos de sorpresa y asombro ante lo nuevo, lo diferente, pero también sentimos su angustia, sus decepciones,  y sobre todo el deseo de superarse a sí misma y lograr llevar a cabo esa labor que le confió su tía así suponga salirse de su zona de comfort o hacer cosas que nunca imaginó que haría.

Esa capacidad de presentarte un mundo narrativo que funciona, que te atrapa y te transporta totalmente a la piel de los personajes es uno de los indicadores de que tienes ante ti un buen libro, y eso fue justo lo que me pasó con la lectura de esta novela. La idea de las cartas me gustó bastante, sobre todo por estar en un mundo en el que nos mueve lo inmediato, y el hecho de que las cartas sean impresas, en papel, es una forma más de acercar a Ginny a su tía, ese personaje tan complejo y del que poco a poco iremos descubriendo nuevas facetas y mensajes en cada capítulo.

Tal vez es porque soy tía que en verdad me llegó al alma el modo en que la tía Peg ayuda a Ginny a ver su potencial, a perderle el miedo a soñar en grande y a animarla a que construya su propio camino. De hecho, el desarrollo del vínculo tía- sobrina que se da en la historia es bastante interesante, porque la figura de la tía Peg termina siendo la de una cómplice, pero también una mentora para Ginny, y al final de cuentas, sus palabras serán un recordatorio más de lo importante que es vivir una vida memorable a la manera de cada uno, pues si no vivimos nuestra vida al máximo, nadie más lo hará, y ese es de los mensajes que más atesoraré de esta lectura.

En definitiva este libro es perfecto para lectores que hayan amado historias como Ciudades de papel o Las ventajas de ser invisible, porque combina el amor familiar con la idea de un viaje como un espacio para cambiar, para sanar, y si bien algunas de las situaciones de la historia en ocasiones pueden pecar por «simples», creo que ese es el encanto de esta propuesta, el ver que algo tan «normal» como un viaje en tren o un café olvidado pueden ser las ocasiones perfectas para descubrir nuevas cosas sobre nosotros mismos o sobre aquellos a quienes amamos, y como viajera enamorada que soy doy fe de lo mucho que un viaje puede transformar a una persona, solo hay que dar el primer paso…

Espero que se animen a explorar esta historia sobre la familia, el miedo, el arte y la aventura, ¿y por qué no? a comentarla conmigo en nuestro Facebook y Twitter, ¡siempre estoy ahí para ustedes!

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!

Lo que esconde tu pasado: reseña de «El esplendor de las raíces»

¡Muy buenas tardes a todos!

¿Cómo se encuentran en este ombligo de semana? No puedo creer que ya estemos despidiéndonos de septiembre, un día estás celebrando tu cumpleaños y al siguiente estás empezando a hacer listas navideñas (¡no por favor!), pero en serio, debo reconocer que este septiembre en particular fue un mes extraño muy para mí, antes lo esperaba con ansias para jugar amigo secreto, «endulzar» y todo, pero hace mucho que no juego amigo secreto, ni siquiera me doy regalos de mí para mí, supongo que tenía la mente a mil por hora en otras cosas, en definitiva es muy confuso todo.  ¿Ustedes sí jugaron? ¿Dieron o recibieron libritos geniales? En nuestro Facebook y Twitter los espero para que me cuenten todo sobre esas nuevas historias increíbles que llegaron a sus vidas en amor y amistad, ¿les parece?

Aunque no tuve el honor de regalar libros (escondí algunos con las Book Fairies), sí recibí algunas novedades interesantes, entre ellas el libro de hoy, editado por Editorial Planeta y escrito por la autora californiana Robin Benway, se trata de El esplendor de las raíces, (en inglés Far from the tree).

Esta novela llevaba un buen tiempo en mi lista de «To be read» de Goodreads y además fue ganadora del National Book Award Longlist para jóvenes lectores en 2017, de manera que al momento de iniciar mi lectura tenía la curiosidad al cien y esperaba que no me decepcionara, así que entremos en materia para que puedan descubrir cómo me fue con mi lectura.

Para empezar, quisiera que se tomaran unos segunditos y pensaran en esto: ¿Qué los une a sus familias? ¿Es acaso un apellido? ¿Una vida en conjunto? ¿Un proyecto de vida en común? Pues bien, quise que empezáramos hablando un poco de sus ideas sobre lo que es una familia, pues la fuerza de una familia con muy diversos orígenes es uno de los temas principales de nuestro libro de hoy.

En esta historia conoceremos a tres personajes: Grace, Maya y Joaquin (así, sin tilde :p). Grace es una jovencita tranquila y ordenada, que detrás de su aparente vida controlada y pacífica esconde una herida que intenta sanar a toda costa; Maya, la menor del grupo, es rebelde y explosiva, no teme decir las cosas como son ni gritarle al mundo su amor por su novia Claire, la única persona que parece entenderla realmente; Joaquin, el mayor de los tres, es un joven que ha pasado por demasiadas cosas que lo han llevado a ser muy maduro para su edad y a desconfiar de todas las personas que intentan hacerlo una parte activa de su vida. Si bien en apariencia las personalidades de estos jóvenes son bastante distintas, nuestros tres protagonistas comparten un secreto: fueron dados en adopción cuando eran pequeños.

Conforme avanza la trama, descubriremos el modo en que tanto Grace, como Maya y Joaquin se acercan a la realidad de sus adopciones: algunos desde la ira, otros desde la negación y otros desde los secretos, cada capítulo nos mostrará la perspectiva de uno de los protagonistas, sus luchas y temores, y seremos testigos del nacimiento de un vínculo tan complejo como hermoso, y es el de la hermandad. Cuando las vidas de los tres se crucen de formas inesperadas y el mundo que daban por sentado se tambalee, el amor y el perdón serán claves para redescubrir sus lugares en el mundo, solo así podrán aceptar que hay muchas maneras de amar y de crecer.

¿Qué tanto están dispuestos a ceder nuestros personajes y a compartir sus vidas con sus nuevas familias? ¿Qué tan lejos puede llegar el amor de un hermano o hermana? Estas son algunas de las preguntas que se plantea esta historia llena de reflexiones durísimas sobre el amor que trasciende el tipo de sangre, los colores de piel, o incluso, las decisiones de vida que pueden llevar a una persona a dar a su hijo o hija en adopción, y es que a veces es más sencillo abrirle el corazón a un total desconocido que a quien ha estado a tu lado desde muy temprana edad. ¿Por qué será?

Este era el segundo libro que leía de esta autora, a quien conocí en un principio por Los extraordinarios secretos de April, May y June, libro que leí hace unos seis años más o menos, y gracias a ambas novelas pude confirmar que las historias sobre hermanos son  un tema recurrente y que en verdad interesa a esta autora californiana, y no hermanos «tradicionales», sino con talentos, situaciones y contextos bien peculiares.

Hermanos en la literatura hay muchos, que lo digan los Weasley, los Pevensie o incluso las hermanas March, pero lo realmente llamativo de El esplendor de las raíces está en que más allá de caer en el tópico de la victimización de los hermanos que pelean 24/7 o en las crisis del adolescente atormentado que no ha sido adoptado, Robin Benway nos entrega una historia sobre el crecer como personas, y el descubrir poco a poco que no necesariamente estamos condenados a llevar vidas en solitario, pues nuestras familias pueden llegar a nuestro rescate en formas y momentos que menos esperamos.

Si bien hay algunos momentos del libro que resultan un poquitín predecibles (hecho que puede ser un indicador de la sobrecarga de narrativa juvenil que llena mi cabeza estos días), la lectura toma ritmo gracias a las tres voces narrativas que nos cuentan la historia (Maya, Grace y Joaquin), hecho que admiro pues no siempre es fácil para un autor ponerse en los zapatos de tantos personajes a la vez al momento de escribir, y ese juego de recuerdos e historias no solo genera una empatía casi que inmediata en el lector, sino que demanda de nuestra atención y concentración, pues con tres personajes gritando en tu cabeza terminas por convertirte en uno más y en querer seguirles el paso, llorar con ellos, reírse de sus ideas absurdas y soñar con que las cosas les salgan bien.

No les diré si hay un felices para siempre en esta historia, pero sí les diré que en cuanto terminé de leer este libro tuve que tomar un poquito de agua y de inmediato le envié un mensaje a mi hermana diciéndole que la quiero. Y ustedes, ¿cuándo fue la última vez que le dijeron eso a sus hermanos o hermanas?

Me despido por hoy deseándoles que este miércoles el clima sea menos frío, que puedan llegar pronto a sus hogares y que nunca pero nunca falten en sus vidas esas personas especiales que los hagan sentir como en casa.

Si no le gusta, no lea, y si le gusta, ¡comparta!